Un viejo lobo de mar jubilado muy amigo al que conozco desde hace años y que gasta su tiempo libre en el pantalán de un puerto del Norte de España, frente al Cantábrico, no se cansa de repetir que en el 90 por ciento de los casos cuando un barco se hunde es por error humano. Erre que erre, y machacón con la misma historia, siempre repite la misma frase que aprendió en la escuela Nautica de La Coruña en los años 50, y que adorna con ejemplos de viajes a lo largo y ancho de todo el mundo. El factor humano y el exceso de confianza como principal causa de los desastres marítimos parecen haber desencadenado el hundimiento del Don Pedro frente a la costa de Ibiza. Este desastre es uno de esos asuntos por los que ese viejo lobo de mar compra ahora periódicos, en los que sólo suele prestar atención a la previsión del tiempo, ya que ni el deporte ni la política le interesan. Y no me extraña, porque una vez más seguimos sin aprender sobre los siniestros marítimos, y escuchar las explicaciones de turno del ministro causan cuando menos hilaridad. Del señor de los hilillos, Mariano Rajoy, y el Prestige, al “pequeño reguero” de Magdalena Álvarez, no hemos mejorado nada y todo se queda en un infantil “pues tú, más”. En definitiva, que después de la nefasta gestión política del Prestige seguimos sin aprender, y así ha quedado de manifiesto en recientes casos de barcos en apuros, como el Ostedijk, que buscó abrigo en la ría de Viveiro por un incendio, o el Sierra Nava, en Algeciras, que vertió crudo a la bahía. No se tardó en criminalizar al capitán y la ministra, como en esta ocasión, comenzó a dar ruedas de prensa políticamente correctas, para, en definitiva, transmitir el mismo mensaje de Rajoy y Álvarez Cascos en la crisis del Prestige. Ni la tragedia ecológica generada por el Don Pedro, comparada con la del Prestige, es mayor ni menor, simplemente es eso, una tragedia que pone de manifiesto que desde el Ministerio de Fomento faltan las voces autorizadas, las de Marina Mercante y Salvamento Marítimo. Mientras en Ibiza algunos intentan bañarse como en las aguas de Palomeras para demostrar que no pasa nada y que la campaña turística no tiene que resentirse, mi amigo atisba una bajada de presiones en el mapa de isobaras que va a crear viento y mar de fondo. Él sí que sabe, qué pena que nadie le escuche.
Fecha: 17 de julio 2007
Fecha: 17 de julio 2007
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