jueves, 27 de mayo de 2010

Indicios


La Feria del Libro de Madrid tiene que ver mucho este año con la intriga y terribles crímenes. Pero también con la realidad que nos toca vivir, con sus recortes y mamandurrias. De una forma o de otra, si hay un elemento común denominador en esta edición son los indicios. Bonita palabra, que manejan como nadie los investigadores de la novela negra. Son héroes que no quieren serlo, que a través de sus ojos explican las desviaciones de la conducta humana y lo que nos toca vivir. El inspector Wallander, de Henning Mankell, igual que desvela por qué un marino nunca se cansa del mar, como afirma en su novela de despedida mientras investiga unas extrañas desapariciones, nos devuelve a la Guerra Fría. Rebecka Martinsson, de la mano de Asa Larsson, explica qué se siente al regresar a su ciudad natal para investigar un horrendo crimen, el del predicador más famoso del país. Es una pena que Stieg Larsson, alma mater de Mikael Kalle Blomkvist y esa excepcional trilogía llamada Millenium no pueda venir a Madrid a tomarse unas cañas o intercambiar impresiones con el creador del sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, que también serán dos de los protagonistas de la Feria del Libro. Esta cita tiene en esta ocasión a la literatura escandinava como invitada de honor. Un lujo. Por el Retiro pasarán estos días centenares de personajes que ya han amueblado de paisajes las cabezas de muchos y entusiastas lectores del mundo entero. Millones de palabras en sus páginas dan sentido a multitud de historias, aventuras y desventuras con el fin de llegar a los lectores. Las novelas de crímenes y misterios, con sello nórdico, van a ser protagonistas en Madrid, pese a que los autores de estos países tratarán de demostrar que hay vida más allá del género negro. Pero si no les importa me quedó con los crímenes y el puzzle que se construye para descubrir a los malos y desnudar, de paso, lo que nos rodea. La novela de misterio, tan cercana al denostado y envidiado best-seller siempre suscita prejuicios a causa de la desbordante nómina de títulos que se publican cada año. El fenómeno nórdico es un claro ejemplo de ello, pero en sus tramas e intrigas, como sucede en Las Vegas o Kampala, lo que se destila es la realidad. El crimen, en este género, sirve para ver lo que está pasando en la sociedad así como sus contradicciones. El célebre inspector Kurt Wallander lo ha demostrado. Es un pena que Mankell le haya retirado por causas naturales y no envíe a Kurt en busca del sol porque si husmea un poco en esta España advenediza y envidiosa a más de uno le sacaría las vergüenzas. Será por indicios...

viernes, 21 de mayo de 2010

Celebraciones


Las ganas de salir a la calle y celebrar a la intemperie un triunfo deportivo es directamente proporcional a la impaciencia de los tiempos que nos toca vivir. No es un aforismo, ni lo pretendo, pero en el metabolismo del typical spanish llevamos una forma distinta de digerir las conquistas por medio de las celebraciones. Ahora que se acaban las ligas deportivas, del fútbol a los bolos montañeses, numerosos aficionados se tiran a la calle a celebrar los éxitos. Gritos ensordecedores, ojos que se salen de las órbitas, pintura en los mofletes y sonrisas perennes son señales que sirven para expresar la felicidad extrema de los seres humanos ante los hitos de los equipos de sus sueños. Son lugares comunes en los que toca lo que toca, todo por una felicidad pasajera. Ahora que, por ejemplo, los colores rojiblancos están de moda, aunque a algunos les pese, siento también la tentación de brindar por Neptuno, pero no sólo ya por el Atleti, sino por la emoción que transmiten esos cientos de aficionados que viven en una burbuja de felicidad desde hace unos días. Mientras el país con sus recortes por la crisis es como un avión que tiene que aligerar peso para remontar el vuelo hay gente que hace realidad sus sueños. La magia de la ilusión puede con la testaruda realidad plagada de tijeretazos y ahí es donde la bulla se viene arriba. Un día llegué a soñar que estaba en plena calle, entre olor a sobaquera, camisetas pegadas al cuerpo y un ruido casi ensordecedor de cánticos cursis. A priori, un escenario insostenible, hostil y comanche. Pero recuerdo que era feliz, muy feliz. En ese sueño lucía la camiseta del equipo de mis amores, barba de corsario, nariz pronunciada de rufián y no paraba de botar como uno más entre centenares de entregados seguidores. Era mi sueño y no el de otro, me tocaba vivirlo a mí. Si hay algo que temo es soñar y fantasear con cosas que no pertenecen a mi vida, sino a la de los otros. Pero éste no era el caso. Ya que al menos somos libres para soñar, y podemos hacerlo sin que nos multen, espero que nunca me apropie de las pesadillas de otros o que tenga que pagar para tener un sueño determinado como quien va al mercado a comprar cuarto de kilo de pollo. Una vez tuve la oportunidad de comprar sueños. Un tipo con el que hace un tiempo coincidí en un tren Regional que atravesaba La Mancha insistió en que en su pueblo había alguien que vendía sueños. La curiosidad me llevó a saber que esta lumbrera se había montado un pingüe negocio piramidal a lo Madoff en su pueblo. Estuve a punto de picar, pero cuando me acueste hoy lo haré con la conciencia tranquila y esperaré otra celebración.

lunes, 17 de mayo de 2010

Diario de un Demente: Orgullo



El Estudiantes y el Baskonia se encuentran en el camino hacia el título. Dos clásicos frente a frente y con Suárez en el quinteto ideal de la ACB. Casi nada.

Hay una palabra en el diccionario que nos viene al pelo ahora mismo. Es orgullo. Un sustantivo que aplicado al baloncesto se magnifica. Pero el orgullo va inseparable a la trayectoria de grandes equipos, desde los Celtics de Boston al Estudiantes del Ramiro de Maeztu. Después de una impecable temporada regular el Asefa Estudiantes tiene como próximo objetivo el Caja Laboral. A priori, las casas de apuestas dan como favoritos a los de Ivanovic, pero los partidos se deciden en la cancha y el orgullo no conoce límites. Ahí puede estar la diferencia entre jugar la semifinal de la ACB o no. La conocida fuerza reboteadoras de los de Luis Casimiro, unas rotaciones basadas en el sentido común y la capacidad para sorprender con inesperadas soluciones ofensivas pondrán en aprietos al Baskonia. El Estudiantes juega en bloque y la filosofía del club es lo que sobresale. No hay estrellas, sólo toreros de la Demencia.Los vitorianos tienen a Tiago Splitter, designado el mejor jugador de la temporada, y un equipo con potencial suficiente para aspirar a llevarse la ACB. Pero un play-off da para mucho y esta misma temporada basta mirar a la NBA para comprobar como la combinación entre defensa y orgullo es capaz de llegar lejos. LeBron James, la estrella de las Cleveland Cavaliers, tiraba su camiseta en el vestuario tras la derrota definitiva ante los Celtics. Nadie apostaba por el equipo del Big Three en su serie pero tirando de orgullo, esfuerzo y sacrificio le regalaron un billete de vacaciones anticipadas a la rutilante estrella de los Cavaliers. El equipo de Luis Casimiro llega pletórico al cruce con el Caja Laboral y con Carlos Súarez en el quinteto ideal de la liga. Es el rookie de los cinco magníficos de la ACB y la demostración de que el baloncesto de cantera sobrevive ante tanta chequera. Ahora toca soñar. Tras el partido ante el Obradoiro, el jueves llega la hora de disfrutar de verdad. Cualquier jugador o técnico que haya disputado un partido de playoff sabe que es algo distinto. Jugar en el alambre, pero por el título, hace que los fantasmas se olviden hasta explotar las situaciones límite. Y hay margen para la sorpresa. El cuadro de cuartos de final se presenta apasionante. Nadie quería enfrentarse al Unicaja de Aíto y al final será el Powers Electronic Valencia su rival. Saltarán chispas porque los del Málaga están encontrando el sitio que nunca debieron abandonar. El errático Real Madrid tiene un choque trampa con el Cajasol. Y ya se sabe que eso de los ex... tiene su morbo. ¿Joan Plaza tiene algún motivo de venganza? El Regal Barcelona es el equipo a batir y, visto lo visto, está por encima del planeta basket. Pero el Gran Canaria ya sabe lo que es ganarles. Sólo una duda antes de los playoff. ¿No es esperpéntico que piten árbitros estadounidenses, un griego y un bosnio? ¿Nadie va a arreglar esto?

Blanco se va de feria

La Presidencia Española de la UE lleva tiempo pidiendo la hora. Desde hace semanas se ha convertido en una Santísima Trinidad de la Diplomacia: sonrisa, saludo y reverencia. Poco más. Lo que comenzó con el aviso de un encuentro histórico y planetario de dos líderes progresistas del mundo globalizado acaba un sábado por la noche en una feria de la TDT. Zapatero arrancó los seis meses de Presidencia Europea anunciando sanciones para el país de la UE que no cumpliera con los objetivos económicos, la estrategia 2020 lo llamaba. Ahora tras el tirón de orejas de Bruselas, la llamada de Obama y el anuncio con las medidas que nunca quiso hacer para recortar el déficit publico llega la hora de explicar lo que se va a hacer. Para ello nada mejor que uno de los pesos pesados del partido y quien sabe si el sucesor del propio Zapatero. Como la política está en todos los ámbitos de nuestra vida, al menos eso dicen, el sábado por la noche me preparé unos gin-tonic y unos aperitivos para ver en familia la entrevista con José Blanco en La Noria. Me habían advertido que al igual que hace unos días el chófer de la Pantoja o la secretaria de Carmén Ordóñez, José Blanco lo iba "a contar todo". Pensé en su infancia en Lugo, sus juergas en San Froilán, sus veranos en Palas de Rey, la empanada de lamprea o cómo dejó de ser Pepiño para ser José. Pero no. Me encontré con un político que acudía a un programa de máxima audiencia a explicar de manera didáctica lo que supone la congelación de las pensiones, la rebaja del 5% de media del sueldo de los funcionarios o la supresión del cheque-bebé. No fue a hablar de sí mismo. Imagino que para Blanco ir a este espacio fue tan agradable como cuando la pasada semana Zapatero se subió a la tribuna de oradores del Congreso a anunciar justo lo que no quería, pero hay demasiados votos en juego… Teniendo en cuenta que por la mañana repitió los mismos argumentos en el profundo programa de radio de Isabel Gemio, supongo que a partir de ahora no será extraño ver a blanco en las tertulias de Sálvame, aguantando los reproches de los miembros del jurado de ¡Mira Quién Baila! o dando la información del Tiempo, que es lo que más se ve. Así que cuando vuelva a explicar que congelar las pensiones es conservarlas sin frío ni calor, sino todo lo contrario, no me extrañaría nada que la Patiño de turno le reproche eso de: ¡Es que has venido aquí a llevártelo muerto!

martes, 11 de mayo de 2010

Diario de un Demente: A dos metros… sobre tierra



Pancho Jasen inició una batalla contra el mundo, como cuando el Estudiantes estuvo a punto abandonar la ACB, y su reacción propició la victoria ante el Meridiano Alicante.

Los recuerdos juegan malas pasadas muchas veces. De pronto, sin venir a cuento, salen de su rincón y la película de terror está asegurada. Puertas que se abren y cierran, ruidos inesperados, objetos que se mueven, gritos desgarradores y surruros con el ya inevitable “a veces veo muertos”. En el partido contra el Meridiano Alicante por un momento viajé en el tiempo, digamos que dos años atrás cuando el Estudiantes se debatía entre la vida y la muerte y recibía al Cajasol (creo que eran los sevillanos).


La campaña publicitaria aquella de ‘Que no bajamos’ me golpeó el otro día, ante los alicantinos, el cerebro una y otra vez. Será la demencia… la mía, of course. Menos mal que la situación de hoy no tiene nada que ver. Doce victorias consecutivas y luchando por el quinto puesto de la ACB para colocarse mejor en los cruces del play off. Pero en el partido con el Lucentum, nombre de toda la vida del Meridiano, Etosa, etc. se me apareció de nuevo la terrible imagen de Pancho Jasen a dos metros bajo tierra. Los gritos de terror del capitán colegial, sus gritos de terror y el mechero encendido dentro del féretro revolvieron mi estómago. Regresé al ‘Que no bajamos’. Pero esta vez fue virtual y sin necesidad de tener la cafinitrina a mano. La cosa es que el Lucentum demostró sobre el parqué del Telefónica Arena que cuando un equipo juega sin presión, con los deberes hechos y la permanencia asegurada es capaz de hacer un buen baloncesto.


Los de Óscar Quintana demostraron que saben de qué va esto. Ya habían avisado en sus últimas salidas y ante en Estu casi rompen con una racha inédita de triunfos desde hace años. Rompieron al Estudiantes donde más duele, en los rebotes y no se llevaron el partido por un milagro de ultratumba. Quiero decir, que una vez más, con un partido cuesta arriba, Pancho Jasen se echó el equipo a la espalda, como en esas aciagas temporadas de triste recuerdo, y encendió el mechero para luchar contra el mundo. Súarez y el marine Nik le acompañaron hasta que el listo de la clase Lofton se encargó de poner la puntilla desde los tiros libres, cinco de cinco al final. Pero Pape Sow y Andriuskevicius fueron los dueños de la zona, especialmente el primero, tan versátil dentro como fuera (menudo triple que metió al final) que hizo el partido de su vida. Menos mal que Pancho Jasen tomó las riendas y sigue empeñado en que no haya funeral. Claro, que tratándose de equipos patrocinados por compañías de seguros no es de extrañar que Pancho se rebelase ante una empresa especializada en decesos, Tras ese anuncio para seguir en la ACB ya lo dijo muy claro: "Espero no volver a meterme en un ataúd". Dicho y hecho.

viernes, 7 de mayo de 2010

Rumore


Hace una semana, en esta misma columna también hablaba de la Bolsa. Hoy también lo hago pero sólo para referirme a los efectos que puede tener un rumor malintencionado. Las ojeras y la mala cara de Zapatero, en su comparecencia ante la canallesca para desmentir que España hubiera solicitado auxilio a la Comisión Europea y al Fondo Monetario Internacional (FMI) demostraron que el rumor había dado en el blanco. Donde más duele. No sé de quien viene últimamente la inquina hacia lo español, el país de la siesta, los toros y donde mejor se vive, como dicen los que nunca han salido de su barrio, pero el miedo al contagio griego propició uno de los batacazos más sonados de la Bolsa. Así de fácil, sin gritos en los corrillos ni dramones, y todo a costa de una patraña que se difundió a toda velocidad. Lo malo de los rumores son las consecuencias y en el ruedo ibérico si hay algo que nos va es el cotilleo y la mala baba. Menudo maridaje. A este paso llegará el día en el que leeremos un titular a cinco columnas que diga que La verdad ya no importa. Entre la comunidad de vecinos, los programas del corazón en televisión y los medios de comunicación, cada vez se da más crédito al rumor que a la verdad. En especial en Internet, donde el “sé de buena tinta que” se ha convertido en dogma de fe. Será por la crisis de valores, la ola de laicismo que nos invade, el culto a los megas o intereses torticeros. Pero es así. Hoy se da más pábulo a un rumor que a una evidencia científica como que hay agua en Marte. No es que ya no se distinga entre la verdad y la mentira, es peor aún. La mayor parte de esta población que vive por encima del umbral del bienestar cree más en lo que dice el chófer de Isabel Pantoja, en lo que lee como confidencial o en una foto robada. Y lo malo es que del rumor a la calumnia la frontera es mínima. Y así nos va. Es cierto que las teorías de la conspiración siempre han vendido más que la triste y tediosa realidad, y desde esta columna, que muchas veces sirve para saldar cuentas con la realidad, no me puedo quedar inerte ante un país que es presa de rumores, chascarrillos de mal agüero y paripés. Curiosamente aquí se mata a cualquiera, se difama por internet o en un plató de televisión y nunca pasa nada. Importa más la anécdota que el fondo. Si las cosas siguen así, el futuro ya no estará sólo en Internet, sino en un ordenador minúsculo que se implante debajo de la ceja para crear realidades paralelas y disparatadas. Por cierto, esto del chip que se podría colocar con más facilidad que una inyección de botox en los mofletes lo sé de buena tinta. No se lo digan a nadie. Chusssssss...

lunes, 3 de mayo de 2010

Diario de un Demente: Clase de Química


Normalmente cuando las cosas se hacen bien el resultado suele ser positivo. Lo malo es que esta verdad universal no se cumple siempre. En el caso que nos ocupa el Asefa Estudiantes vuelve a la elite del baloncesto español. Y lo hace en equipo, con velocidad de crucero y cerrando el círculo de la dolorosa derrota en el partido de cuertos de final de la Copa del Rey. Varios meses después de aquel inexplicable final del partido el Estudiantes volvió a Bilbao. En este caso era un partido decisivo, tanto para los colegiales como para el Bilbao Basket, y la ley cósmica del Karma nos devolvió lo que en febrero se llevó el Powers Electronic Valencia. Con el billete para los playoff en el bolsillo ahora sólo queda cerrar la fase regular más arriba. Tal vez, un quinto lugar es posible. Luego a soñar. Tras cuatro temporadas en las que nos teníamos que frotar los ojos, dominados por el derrotismo y dando casi por hecho que en el Magariños se verían muy los partidos de la Liga LEB, el Estudiantes volverá a aspirar a la Liga. Parece mentira que una competición tan igualada como la ACB unos celebren que disputarán el playoff y otros, con similar plantilla o incluso mejor equipo, se queden fuera. Es la ley del deporte y del baloncesto en estado puro. Luis Casimiro ha sabido mantener la química de equipo, esa fórmula de la que todo el mundo habla pero que muy pocos conocen. Que se lo pregunten a Ettore Messina... Además, Luis Casimiro no es de esos entrenadores que gritan por gritar, que cambian al jugador tras el mínimo fallo o que recurre al manido “vamos a echarle huevos”, a falta de otros recursos tácticos a mano. Es un hombre tranquilo, de sentido común, sin aspavientos innecesarios, pero capaz de motivar y de decir la palabra justa en el momento apropiado. La química en el vestuario no se compra, se hace, y ese grupo humano que constituye la plantilla del Estudiantes es lo que hace ganar partidos frente a equipos de potencial superior. Los fichajes se han integrado en la dinámica de grupo, los llamados a ser séptimos,octavos o novenos jugadores han crecido como tales pese a ese proceloso mundo de las rotaciones. Incluso el ultimo en llegar, Lofton, parece que ya se había echado más de un mini en el patio junto a la Nevera. Ahora, toca saber cuál será el rival y... a jugar. Cuando acabe la temporada ya veremos si Carlos Suárez se viste de azulgrana (¿en lugar de Mickeal?). Espero que en el banquillo siga Luis Casimiro. Se lo agradecería porque en mi caso... siempre suspendía en química.