viernes, 29 de junio de 2012

Ola de calor

Las estadísticas me traen de cabeza últimamente. Mucha culpa de ello lo tiene el calor. Estos días los medios de comunicación coinciden a la hora de calificar como “histórica” esta ola sahariana que casi pulveriza los termómetros. Las altas temperaturas se han notado especialmente en la Comunidad de Madrid. La capital, por ejemplo, ha vivido su noche más calurosa desde 1920, según la medición del Observatorio Meteorológico del Retiro, donde la temperatura no bajó en la noche del martes de los 25,7 grados centígrados. Con el mercurio soliviantado no faltan los que andan sin resuello. Aunque si les digo la verdad lo que me deja sin respiración es el montón de tópicos que suscitan estas cosas. Vivimos en una sociedad en lo que todo se quiere llevar a una estadística o a un cuadro de excel. Y siempre es curioso echar un vistazo a esas cifras sobre las temperaturas máximas y mínimas o los litros por metro cuadrado que se recogieron en tal o cual mes. Aunque lo que me pregunto estos días mientras doy vueltas en la cama, sin poder echar ojo, es una obviedad:: ¿A quién sorprende que haga calor en verano? Así que sólo llego a la conclusión de que lo que sería relevante como fenómeno meteorológico digno de estudio es que nevara por estos lares en julio.

miércoles, 20 de junio de 2012

'El falso 9'

El debate que quita el sueño a los españoles estos días es el falso 9. No hay tertulia de bar, entre cañas, tapas y carajillos, sin esta controversia. La polémica une a las clases pobres, ricas y mediopensionistas. Y eso que la historia del fútbol está llena de tópicos como el de Helenio Herrera con aquello de que se juega mejor con diez futbolistas, que con once. Pero lo del falso 9 me desconcierta. Nelson Mandela utilizó el rugby como  bálsamo para reconciliar a blancos y negros en Sudáfrica con el eslogan de Un equipo, un país. Esta historia la recogió de manera magistral y conmovedora a partes iguales el escritor y periodista John Carlin en El factor humano, novela llevada al cine como Invictus. Y aquí lo que parece que une a los de la piel de toro es encenderse más por lo del falso 9 que por las cifras de paro. Pero mira por donde, en un país enloquecido, el que tiene más razón que un santo es Vicente del Bosque cuando dice que “hemos pasado de pobres a ricos muy rápido y no se valora lo que tenemos”. Se refiere al fútbol, claro, pero tomo buena nota. Y si les digo la verdad, lo del falso 9 me la trae al pairo

miércoles, 13 de junio de 2012

'Pum y Pam'


Era el genuino Javier Krahe, tan de moda ahora y no precisamente por ser culpable confeso de ser un aficionado a ir de la cama al sofá, el que cantaba con Sabina y Alberto Pérez aquello de que “los cohetes al subir hacen shiuss, hacen pum y hacen pam”. Ahora en el país de la fiesta, los cohetes se quedan a medio camino. No llegan ya ni a tocar el cielo. Ni siquiera echan a volar. Y como sigamos así, a más de uno le van a estallar en las manos. La calle se ha convertido en un escenario de mal rollo.Lo malo es que es  facil que en medio de protestas, tan necesarias como loables, la memez se eleve al cubo en forma de insulto o agresión. Nada como tener a un concejal o al político de turno a mano para descargar las iras que genera la injusticia de la crisis. Mala cosa. Las protestas y las manifestaciones están subiendo de temperatura. Y mucho me temo que tras la tregua de las vacaciones el otoño será más que calentito. Igual que no se puede engañar  a nadie prometiendo la pesca del salmón en Yemen sólo pido una cosa: tengamos la fiesta en paz. Amén.

domingo, 10 de junio de 2012

Ensalada de eufemismos

"You say tomato, I say bailout" (Tú dices tomate, yo digo rescate") fue el titular de la edición digital de la revista Times tras la comparecencia del ministro de Economía, Luis de Guindos, en la que anunció que España iba a disponer de hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar el sector financiero español. El titular tiene tanta sorna como sentido común. Será por eso que lo primero que me viene a la cabeza es que por fácil que parezca aliñar una ensalada, no lo es tanto.





Los puristas de la cocina consideran que para que una ensalada, con su lechuga y su tomate, no se arruine, el orden correcto de los condimentos debe ser sal, vinagre y aceite, siempre en su justa medida. En el caso del rescate de hasta 100.000 millones de euros que se hizo público tras la reunión del Eurogrupo lo que hay es mucho aceite, y se ha puesto al final. Antes, la sal vino con las medidas de Rajoy para poner orden en el sector financiero español y con las otras reformas. El vinagre lo pusieron el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y el Eurogrupo, entre otros.

Ni De Guindos ni Rajoy, uno el sábado y otro el domingo, tienen en su vocabulario la palabra rescate, por dulce que sea lo suyo fue una ensalada de eufemismos. "Línea de crédito europea", "financiación europea para la recapitalización de los bancos", "apoyo financiero", "préstamo en condiciones muy favorables" fueron algunas de las expresiones utilizadas. Todas menos una: rescate. Será porque tiene connotaciones negativas. Lo mismo que recortes frente a ajustes, o subida de impuestos frente a ponderación tributaria. Tal vez en Moncloa deberían plantearse de una vez que habría que llamar a las cosas por su nombre, al tiempo los principales partidos deberían dar pasos para avanzar en esa otra palabra que tanto se nombra, pero que casi nadie ejerce: consenso. Tal vez, la extraordinaria situación de crisis económica sea la mejor excusa para replantaarse unos nuevos Pactos de la Moncloa.

Tras las presiones de los últimos días, incluida la del presidente norteamericano, Barack Obama, o la del informe del Fondo Monetario Internacional, que se adelantó casi 48 horas, casi nadie dudada de que iba a haber rescate (dejamos los circunloquios y eufemismos para otros). ¿De España? ¿Como en Grecia, Portugal o Irlanda? ¿España está intervenida? Lo cierto es que ese rescate (sí, rescate) se circunscribe únicamente al sector financiero, y a diferencia de países ya intervenidos, la ayuda no implica nuevos sacrificios sociales. Bastante tenemos ya encima con las medidas de ajuste que están en marcha y que tienen como víctimas principales a los que no han generado la crisis: los españolitos de a pie.

Rajoy lleva apenas seis meses en La Moncloa y parece una eternidad. Sería injusto reprocharle a él y a su equipo que en este margen no hayan sido capaces de solucionar una crisis de semejante magnitud. Sólo con ganar unas elecciones no basta, la confianza no se genera saliendo al balcón de Génova a festejar el triunfo electoral, pero se pierde con premura con medidas y decisiones que no figuraban en las promesas electorales. Del mismo modo, hay que reconocer que si Europa no ha exigido más sacrificios a España cambio de inyectar capital en el sistema financiero español es porque el Ejecutivo de Rajoy ya los está promoviendo con severos planes de ajuste que han llevado a la calle las protestas por los severos recortes (sí, recortes, sin eufemismos) también en Educación y Sanidad. "Si no hubiéramos hecho en estos cinco meses lo que hemos hecho, lo que se hubiera planteado ayer era la intervención del Reino de España", ha dicho Rajoy. Y no le falta razón.

Al menos, los ahorradores u los que tengan su cuenta corriente en en una de esas entidades con riesgo pueden respirar más tranquilos ahora con esta inyección millonaria de euros al FROB, que será quien los distribuya a las entidades financieras en apuros. Sería de necios no reconocerlo. Igual que hay que reconocer que este rescate, que el Ejecutivo de Rajoy se empeñó en negar hasta el último momento, no afectará al déficit. Pero tampoco estaría mal analizar cómo se ha llegado a esta situación en la que se pueden repartir las responsabilidades. Por ejemplo, la de los responsables económicos del Ejecutivo de Zapatero, incapaces de tomar medidas para frenar los efectos lacerantes del pinchazo de la burbuja inmobilaria que devoraba las Cajas de Ahorro. Por eso sorprende que ahora Alfredo Pérez Rubalcaba pida una comisión de investigación en el Parlamento y califique de "mala noticia" el rescate. ¿Será que los socialistas acaban de llegar y no han estado en este país durante los últimos años?

Por supuesto, también tienen responsabilidad los populares, con Rajoy y sus gestores económicos a la cabeza, en especial por su nefasta gestión de la crisis de Bankia, una entidad que hace unos meses anunciaba beneficios y semanas después de subía a un carrusel de cifras de rescate. ¿Alguien con un mínimo de sentido común lo puede entender?

Los gestores del Banco de España, incapaces de hacer valer los criterios profesionales frente a los políticos también tienen tienen mucho que decir; al menos, tras el rescate la entidad gana poder de control y de sanción. ¡Y qué decir de los delirios de algunos gobiernos autonómicos que tenían en las Cajas de Ahorros sus potosís particulares! De todo ello no estaría mal que alguien diera explicaciones en el Congreso de los Diputados. Eso sí, sin necesidad de comisiones de investigación que sólo sirven para llenar telediarios y alimentar el ruido mediático. Otra cosa, es que si hubiera el más minimo indicio de delito o de irresponsabiloidad por mala gestión, la Justicia actúe de inmediato y sin miramiento alguno. No estaría nada mal. 

Tras este frenético fin de semana podríamos pasarnos horas, días, meses y años discutiendo si se trata de un rescate o una línea de crédito millonaria sin llegar a ningún acuerdo. Esto va por ideologías. No hay más que ver los encendidos debates que suscita  la dualidad rescate-préstamo entre los distintos partidos y los tertulianos profesionales. Ninguno se sale del guión. Así que visto lo visto, lo que no nos falta en esta ensalada es el tomate. 

miércoles, 6 de junio de 2012

MIB




El autobús oficial que  lleva a la Selección Española en la Eurocopa 2012 muestra un lema optimisma: Un motivo para vivir, una razón para soñar. ¡Viva España! No sé si detrás de esta declaración de intenciones, con guiño de buenrrollismo, se esconde una estrategia liderada por Soraya Sáenz de Santamaría o Cristóbal Montoro. Ambos han hecho del optimismo una forzada seña de identidad. No hay nada como sus comparecencias en las ruedas de prensa tras el Consejo de Ministros de los viernes para comprobarlo. Montoro, uno de los ministros más activos de Rajoy y al que la leyenda urbana atribuye serias diferencias con Luis de Guindos, es el más entusiasta a la hora de defender la solvencia de España. Sólo le falta animar a los periodistas a corear “este partido lo vamos a ganar”. Anima con tanta energía como cuando en cada semana del zapaterismo azotaba sin descanso al expresidente del Gobierno. Ahora que estamos a un palmo de que Europa nos rescate y que hasta Rajoy habla sin cortarse de la unión financiera y pide eurobonos, Montoro asegura en su enésima conjura que “los hombres de negro no van a venir a España para intervenirla”. Vengan o no, a más de uno le gustaría que alguien nos aplicara el desneuralizador para borrar de la memoria, al menos, los años de la crisis. Pero eso sólo pasa en Men in Black.