domingo, 1 de julio de 2007

El boicot al cava desborda la venta de burbujas manchegas

Cuando queda menos de un mes para la Navidad y que el descorche de las botellas de cava anime las habitualesreuniones familiares y de empresa, el boicot a este producto típicamente catalán esta abriendo de manera indirecta más posibilidades a los espumosos manchegos, que cada vez son más conocidos y apreciados. Y es que la región, y la provincia de Ciudad Real, elaboran unos vinos espumosos que proceden de uvas de la DO La Mancha como macabeo o airén, que se están ganando el afecto de los consumidores, muchos de los cuales se han acercado a estas burbujas por primera vez debido a lo mucho que se habla del boicot al cava. Si el año pasado fueron unas desafortunadas declaraciones del presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, sobre la candidatura olímpica de Madrid 2012, lo que revolvió el negocio de este producto eminentemente catalán, hace unas semanas, la tramitación del Estatut ha generado en la opinión pública un efecto que está beneficiando a las bodegas de espumosos de la provincia y de la región. En el caso de Ciudad Real, bajo las marcas de Mantolán, Cantares y Don Mambrino, las tres acogidas a la DO La Mancha, estos tres espumosos también acompañan a muchos postres, aperitivos y celebraciones, al tiempo que se benefician de la publicidad gratuita que el boicot al cava catalán les ha proporcionado. «Este año vamos a tener un incremento de ventas del 400% respecto al año pasado». Así lo asegura contundente Javier Nieto, enólogo de Vinícola de Tomelloso, bodega que este año ha producido 25.000 botellas de Mantolán, una cifra muy superior a las 5.000 del año pasado. No obstante, Nieto considera que el boicot «se nota y está haciendo cierto daño», pero tiene claro que el éxito depende de sacar «un producto razonable de precio y de calidad» y que luego lo difícil «es mantener el mercado». Además, Nieto asegura que el boicot ha permitido acercarse a clientes «que desconocían los vinos espumosos de La Mancha». Pero si hay una bodega decana en la producción de espumosos en la DO La Mancha es Vinícola de Castilla, en Manzanares, que lleva quince años comercializando Cantares. Según manifestó a La Tribuna, Alfonso Monsalve, presidente de esta bodega, lo más importante «es la calidad de nuestro producto» y que a pesar de los efectos que pueda provocar el boicot «debemos intentar hacer las cosas de la mejor manera posible». La cierto es que esta bodega manzanareña tiene previsto agotar en estas fechas toda la producción de espumosos, que supera las 100.000 botellas. «Esperamos comercializar la producción entera y es superior a la del año pasado». Marcas sin confusión. No obstante, Monsalve reconoce que el hándicap de Cantares, es que en Castilla-La Mancha no se puede utilizar con el término de cava, sino el de espumoso. «Por eso elegimos un nombre de una marca que no induce a confusión alguna». Para este prestigioso bodeguero, que no quiere entrar en disputas por el boicot al cava, lo más destacable «es calificar la oferta sólo por la calidad». En este sentido, explica que Cantares «tiene el método de elaboración champañés, con segunda fermentación, en el interior de la misma botella en la que se comercializa». Lo mismo le sucede a los cavas manchegos, que también tienen un método de elaboración tradicional, pero no pueden denominarse cava. Uno de ellos es Don Mambrino, nombre con referencias cervantinas y elaborado por Bodegas Luis Fernández Fernández. «Hubiéramos vendido todo lo que hubiéramos producido», explica el gerente y enólogo de esta bodega de Pedro Muñoz, un apasionado de los cavas y espumoso. «Este año con lo del boicot la gente ha estado buscando otros espumosos, pero habrá que ver el año que viene si el producto tiene la misma aceptación». El caso del enólogo de Don Mambrino es muy singular porque Luis Fernández sólo produce espumoso y lo hace porque desde que estudiaba enología era su «ilusión». Este año en su bodega han producido 17.000 botellas, frente a las 9.000 del año pasado «y lo tenemos todo vendido». Además, Luis Fernández tiene muy clara su opinión sobre el boicot. «Nos ha dado una tremenda publicidad, aunque nuestro producto llega a muchos sitios». No obstante, advierte de que «hay que mantener la calidad y esperar la evolución en el mercado».

Fecha: 4 de diciembre de 2005. La Tribuna de Ciudad Real

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