José María Fidalgo, secretario general de CC OO alerta del riesgo de desindustrialización que acarrea decisiones como la que anunció en febrero el gigante alemán de servicios de automoción Robert Bosch de cerrar la factoría de Alcalá y defiende el valor estratégico que tiene para la riqueza de un país la mano de obra cualificada
–La deslocalización en el corredor del Henares ha afectado a una decena de empresas en los últimos años. ¿Se toma en serio un fenómeno que muchas veces no responde a resultados económicos?
–El fenómeno de la deslocalización se sufre cuando acontece. Hoy se está sufriendo en esta comarca una serie de procesos de deslocalización y la gente chilla, algo que es lógico, y hace bien, ya que hay que retener el empleo productivo. Posiblemente en otros ámbitos del Estado se estén creado tres o cuatro empresas con mil empleos industriales, pero lo más importante es que la gente retenga que no se puede cambiar empleo industrial por empleo del sector terciario porque el valor del salario, el valor estratégico de una mano de obra que es cualificada, y por tanto mucho más productiva, no es intercambiable ni siquiera por dos o tres empleos del sector servicios.
-¿Habrá algún día una regulación para impedir estas actuaciones empresariales?
Pienso que existe y existirá libertad de empresa. Pero el mismo concepto de responsabilidad social corporativa que las empresas se han preocupado de difundir obligará a que cosas como éstas no se produzcan en unos años. Y posiblemente porque estas empresas, que están acogidas en un territorio y han sido muy productivas, se han beneficiado muchas de ellas de ayudas públicas. A medio plazo, estoy convencido de que las empresas, si no quieren ser mal vistas en su llegada tendrán que preocuparse de establecer una serie de condiciones implícitas para no llegar a esta situación.
-¿Por qué si reciben dinero público, europeo o nacional, hay empresas que de la noche a la mañana anuncian el cierre o traslados y recolocaciones?
-Porque tienen libertad jurídica. En determinadas circunstancias se pueden encontrar con que sean demandadas, aunque no estoy hablando de Robert Bosch, pero sí es el caso de Delphi, donde hay una demanda en los juzgados presentada por las autoridades andaluzas. Al final, lo importante es que las empresas deben entender que la sociedad que las aloja y las ayuda para su implantación no va a ser indiferente cuando vengan a alojarse sin exigir un compromiso de futuro.
-Se habla del crecimiento del país y según los indicadores económicos se crea más empleo. Pero, ¿hay agujeros negros en este panorama tan optimista?
-El mayor agujero que tiene el patrón de crecimiento económico de España no es que se cree poco empleo, ya que se está creando mucho más que en Europa, sino que se están creando dos graves problemas que tiene la sociedad y la economía española que no se resuelven. Por un lado, su competitividad, porque procede exclusivamente del tejido industrial, en general; y por otra parte, no resuelve la calidad en el empleo, en especial en el sector de la construcción.
-La estadística de la siniestralidad laboral ha registrado siete víctimas en once días, ¿Falta control? ¿Se incumple la Ley de Prevención de Riesgos Laborales?
Es muy llamativo, de repente, que se escuche en la radio que hay siete víctimas en una semana, pero ésa es la media de muertos en accidente laboral que ocurren en nuestro país.
-Sin embargo, el índice de siniestralidad baja un 14,21%...
Probablemente las estadísticas vayan para abajo, pero evidentemente no descienden a la velocidad suficiente, y esto tiene que ver con que un país no puede crecer basándose en mano de obra poco cualificada, poco entrenada en sectores como la construcción. Esto es de alguna manera el subproducto del patrón del crecimiento en España y es el subproducto de un patrón que se considera de éxito porque genera mucha economía y empleo. Todas las cosas tienen su cara y su cruz.
-¿La situación de Bosch puede considerarse un aviso para navegantes en el Corredor?
-Los compañeros de Bosch y de CC OO no necesitan de avisos para navegantes porque están lo suficientemente alertados. La gente tiene que conocer esto no sólo cuando suceden conflictos como el de Robert Bosch, ni quedarse aterrorizada cuando ve en el telediario dos trabajadores de la construcción envueltos en una manta en el suelo porque llevamos desde hace años diciendo que casi todos los días muere un trabajador en accidente de trabajo o in itinere.
-¿Y dónde está el problema?
El problema es el cumplimiento de la ley. Y hay una responsabilidad muy importante por parte de las administraciones públicas. Los controles de legalidad en el mercado de trabajo, en la contratación y en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, parece que son muy flojos. La Inspección de Trabajo está raquítica. Estamos con una reivindicación frente al Gobierno de incremento de los efectivos y habrá que preguntar al ministro de trabajo, al consejero de empleo de la Comunidad de Madrid, y no sólo a los sindicatos, qué es lo que está ocurriendo. Y que no contesten que están haciendo todo lo posible.
Fecha: 14 de junio de 2007. Diario de Alcalá
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