jueves, 29 de mayo de 2008

Horizontales y verticales

Mientras que Pedro Solbes, ministro de Economía, jugó en su momento al sudoku para cuadrar las cuentas del Estado; José Luis Rodríguez Zapatero prefiere estrujarse los sesos con “un jeroglífico del PP que no tiene solución". Puede que los populares se decanten por los crucigramas y que las respuestas a las casillas horizontales y verticales empiecen a despejarse con el acto que el PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, tiene previsto celebrar el sábado en Valladolid. Allí repetirá esa frase tan manida de que “me presentó porque me lo ha pedido mucha gente del partido”, aunque habrá quien también le diga que se encomiende al patrón de los políticos, Tomás Moro, y quiera regalarle otro ejemplar de Sobre la tristeza de Cristo. Al menos, Gallardón ya lo tiene. Sin embargo, y a la espera de que el lunes nos levantemos con otro movimiento de tierras popular tras los recientes casos de pesos pesados del partido, la presidenta regional ya ha dicho que no estará en ese acto. Su número dos, Ignacio González, sin querer echar más leña al fuego excusó con modales exquisitos la ausencia de la lideresa. “Esperanza Aguirre tiene un compromiso personal y familiar”. Una respuesta escueta y sencilla, tal vez de las más directas de un dirigente popular en este turbulento periodo precongresual con un debate de ideas y de nombres en juego. González explicó además que Aguirre ya había anunciado a Rajoy con antelación que no iba a poder asistir. Una pena porque no se repetirá el encuentro de San Sebastián de los Reyes, que dio mucho juego con dos mensajes claros: la ausencia de cambios radicales que defiende Aguirre y adaptarse a los nuevos tiempos con el centro reformista que propugna Rajoy. Y mientras el PP resuelve su crucigrama los sindicatos siguen protestando por la privatización de servicios en Madrid. Una privatización que el escudero de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid no ve y pide que “le digan cómo, dónde y por qué”. Además, tiró de memoria y desenfundó: “¿Dónde está ese señor que decían que iba a tener que usar la tarjeta de crédito para ser atendido en los hospitales?”. González se refería a una vieja afrenta y sacó pecho con los nuevos ocho hospitales y los casi sesenta centros de salud que han construido. Así la cosas, también la privatización en Educación tuvo su respuesta en forma de pregunta: “¿Es privatizar concertar la Educación?”. Claro, que al tratarse de rueda de prensa y a falta de representantes sindicales no hubo respuesta. La habrá. Mientras, a pocos metros de allí, en la Puerta del Sol, Izquierda Unida repartía folletos en defensa de la sanidad pública, con Inés Sabanés al frente. González recordó a los sindicatos que “los que tienen la obligación de organizar los servicios públicos son los que tienen la representación del Gobierno”, mientras que las organizaciones sindicales tienen que defender los intereses de los trabajadores, “pero no el modelo de gestión”. Y es que la Puerta del Sol fue ayer si cabe, más que nunca el kilómetro cero, ya que la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, visitó las obras de la estación de metro de Sol, que “están cerca de alcanzar el récord de obra de metro más larga conocida”, como la definió Ignacio Gonzalez al tiempo que pidió que “se ponga las pilas”. Claro, que si de reproches se trata, Maleni cargó el muerto a otros para justificar un retraso de cuatro años. Tal vez a ella, también le gustan los crucigramas.