viernes, 2 de mayo de 2008

Entre ‘guiris’

Madrid se olvidó de las navajas y las macetas con las que recibieron a los franceses tal día como ayer hace doscientos años y se vistió de largo para celebrar el Dos de Mayo. La Puerta del Sol que retrató Goya con su privilegiada visión nada tenía que ver con la soleada mañana de ayer ni con las céntricas calles de una ciudad por donde paseaban guiris en chanclas asombrados por el movimiento montado en torno a la intifada madrileña. con la que estos días nos machacan los medios a modo de bucle histórico. Bastaba darse una vuelta por el mismo lugar donde cargaron con fiereza los mamelucos y los dragones del ejército francés para darse cuenta que entre un guiri de los de hoy y de los que entraron invitados en 1808 por los Pirineos cualquier parecido es pura coincidencia. Entre olor a patatas bravas y a bocata de calamares, una pareja de seguidores del Montepaschi Siena, equipo que ayer por la tarde disputó una de las semifinales de la Final Four de baloncesto en Madrid, se preguntaban en perfecto italiano qué era lo que pasaba allí, con tanto coche oficial aparcado en la Carrera de San Jerónimo. En la acera de enfrente les observaba otra pareja, pero en este caso rusos, con camisetas del CSKA Moscú y mucho más difíciles de entender. En este ambiente, y con las eternas obras de Fomento en Sol entorpeciendo y restando brillantez a la parada militar en honor a los héroes del Dos de Mayo, el kilómetro cero fue ayer más universal. políglota y mestizo que nunca. Si a esa pareja de rusos ya era bastante difícil explicarles lo que estaba ocurriendo a esa hora de la mañana en el centro, más difícil sería hablarles de lo que está sucediendo en el PP. Menos mal, que ayer, todos los peperos se pusieron de acuerdo. Gallardón, calló; Aguirre, feliz y pizpireta; y Rajoy, sobre la polémica que no ha existido se despacha diciendo que “está absolutamente zanjada". Explicar el Dos de Mayo a los guiris es más fácil, sin duda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario