El hombre tranquilo de Pontevedra, Mariano Rajoy, ya ha reconocido lo que desde el día después de las elecciones era un clamor puesto negro sobre blanco y que desde entonces ha ido en crescendo hasta, de momento, la escenificada reconciliación del Dos de Mayo (de 2008 no de 1808, claro). No es otra cosa que la difícil situación por la que atraviesa el partido, conclusión a la que ha llegado el presidente del PP tras varias semanas capeando un temporal, con fugas de pesos pesados como Eduardo Zaplana o Ángel Acebes, culebrón con Esperanza Aguirre o propuestas de primarias por parte de un grupo de militantes de base del distrito madrileño de Salamanca, entre otras cosas. El periodo precongresual es el espacio propicio para un partido que ha salido derrotado de las urnas y que busca el norte para salir del atolladero. La salida de Acebes de la secretaría general es lo que parece que ha llevado al hombre tranquilo de Pontevedra a abrir los ojos del todo y reconocer que “este es un momento difícil”. El nombre de su sucesor, pese a las quinielas que ya corren por los mentideros de la calle Génova y los blogs de los analistas políticos es una incógnita, y parece que la duda no se despejará hasta unas horas antes del congreso del PP en Valencia previsto para junio. La situación no agrada en Madrid y así lo puso de manifiesto Ignacio González, vicepresidente primero y portavoz regional, quien expresó de una manera clara su preocupación: “No es bueno tener cuatro meses descabezada la secretaría general del principal partido de la oposición”. Pese a que uno de los nombres que suenan para este cargo es el de Alberto Ruiz Gallardón, que en todo este sambenito se mantiene en silencio y a verlas venir, lo cierto es que según los estatutos del partido el candidato que obtenga la confianza del partido en el congreso es el encargado de proponer al secretario general. Pero los acontecimientos y el tiempo en la crisis de los populares van de la mano, y desde “el sentido común” al que apela Ignacio González, si se tiene que nombrar otro equipo “hay que hacerlo cuento antes”.
Esta claro que pese a la reconciliación que escenificaron Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre el pasado viernes en la receción en la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol, el presidente del PP empieza a asumir con calma y tranquilidad que en 2011 habrá otro congreso, del que previsiblemente saldrá el candidato del PP a las próximas elecciones generales. Mientras tanto, el hombre tranquilo de Pontevedra, tratará de recuperar el control de un partido en crisis en el que el paisaje de la calle Génova, nada tiene que ver con los verdes parajes irlandeses de Innisfree o de Galway, en el que el memorable hombre tranquilo interpretado por John Wayne sacaba los puños a pasear para conquistar a Maureen O'Hara.
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