La muchachada colegial estuvo de botellón en la apabullante victoria del Asefa Estudiantes ante el Suzuki Manresa, pero el espectáculo fue impropio de la ACB.
Los síntomas iniciales de los manresanos sobre el parquet fueron preocupantes y no tardaron en confirmarse. En los primeros ataques movían el balón, alejados de la zona y sin mirar el aro. “Será que vienen con la caraja, por eso del cambio de hora... habrá que darles un abrazo al final, porque la gente se abraza”, pensé en plan Dexter. Y acerté.
Vaya imagen tan lamentable que ofrecieron los de Manresa en un Telefónica Arena medio vacío y tan apagado como la Puerta de Alcalá en La Hora del Planeta hasta que los aficionados comenzaron a pedir que salieran los chavales. El Asefa Estudiantes salió como viene siendo habitual. Con su ritmo y las cosas claras. Hay que hacer tres cosas, pero bien. Defender, correr y rebotear. Y con el mínimo esfuerzo se derrotó a uno de los equipos más tristes que han pasado por el Telefónica Arena en los últimos tiempos.
El Estudiantes convirtió el partido en una fiesta de cantera. Por si había dudas el choque se había acabado al principio del tercer cuarto, cuando el Estudiantes superó 30 puntos de ventaja... Vamos, que sólo faltaron la leche pantera y el botellón en la grada en la fiesta en la grada. Los minutos de la basura son eso, minutos. Pero dos cuartos de basura, de correcalles, palomeros y donde el aliciente es que Beirán meta un triple, no es para mí. Será porque soy mayor y gruñon. Es curioso porque cualquier entrenador daría lo que fuera por vivir plácidamente un partido en el banquillo como lo hizo Luis Casimiro, con el choque resuelto casi desde el primer momento.
Lo mejor es que jugaron todos los jugadores de la plantilla y se repartieron los puntos; lo peor, el aburrimiento. Si hubiera estado en la piel de Jaime Ponsarnau habría arrojado la toalla en el minuto 21, antes de soportar una humillación así. O sus jugadores no le escucharon o pasan de él. Es su problema. El tercer cuarto que se marcaron los de Manresa fue escandaloso. Sin recursos, negados en ataque, relajados en defensa, sin bajar a defender y sin echarle testosterona ni coj... el Estudiantes machacó a un rival inexistente. Ahora espera el Real Madrid en el partido más importante de la temporada para cualquier demente que se precie. Ojalá que el play-off con el Barcelona en la Euroleague le pase factura a los de Messina... la vida es así.
Rebote. Una pena la lesión que sufrió Germán Gabriel. Ya lleva un par de partidos en el quinteto inicial, puesto que se ha ganado a pulso. El pinchazo que sufrió al tratar de coger el balón tras un pase largo tiene mala pinta. Su lesión fue lo peor del partido
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