Hay otro listo en la clase
A las clases del instituto ha llegado un nuevo alumno. Se llama Chris Lofton y es un poco chulo. Es de esos que entran en clase pavoneándose y que son listos. De los que aprueban de largo sin estudiar y que si ponen codos sacan matrícula. Este Lofton es ya el nuevo ídolo del Estudiantes. Pocos se acuerdan ya de Ahearn, el jugador norteamericano que clavaba todos los tiros libres, que dejó Madrid porque no se adaptaba y echaba de menos su tierra. Ahora en las clases del Ramiro todos quieren que Lofton esté en su equipo para ganar la pachanga del partido en las canastas de minibasket. Un par de partidos han bastado al escolta del Estudiantes para demostrar que lo suyo son las metralletas y que se tira hasta las zapatillas si es necesario. Fue una pesadilla en el Telefónica Arena para el Power Electronics Valencia (insisto, qué nombres este año), en especial en los dos últimos cuartos. Al croata Spahija, preparador de los valencianos, le van los experimentos. Tiene pinta de ser de esos entrenadores maniáticos que lo quieren tener todo atado, de los que se imaginan en su mente todas las circunstancias posibles. Lo malo es que de pronto, para desgracia de estos técnicos, un listo de la clase recién llegado y te las clava de todas partes. Y Lofton, con 24 puntos y algún triple estratosférico lo demostró.
La Copa del Rey está todavía lejos, y como dicen los que saben de esto hay que ir partido a partido, pero el ensayo de cuartos de final demostró que el Estu está en racha, tiene dinámica de grupo, sus jugadores bajan el culo para defender y tiene jugones. Tras dos primeros cuartos de partido lento y aburrido, el Estudiantes sacó el desatascador ante el atasco que planteaba el juego de los valencianos. Fue al inicio del tercer cuarto cuando los colegiales rompieron el partido y comenzaron a desquiciar a Víctor Claver y a los suyos. El trío arbitral ya había alentado las iras de los aficionados, pero dos faltas consecutivas a Carlos Suárez, que le llevaban al banquillo con cuatro, encendió la falla de la fiesta demente. El Telefónica Arena vio a Luis Casimiro tratando de consolar a un Carlos Suárez fuera de sí por lo que le habían pitado los árbitros. Pero la cuarta de Suárez sirvió de revulsivo para el público y el equipo. Juntos, la armaron. Hace diez años ganó el Estu ganó la Copa del Rey, precisamente al Pamesa Valencia. Fue en Vitoria, cerca de Bilbao. Hoy el equipo está en racha y enchufado.
Rebote: Si los árbitros que pitaron el partido del sábado en el Telefónica Arena hubieran sido los mismos de la última final olímpica, España tendría la Medalla de Oro. Pero Kobe Bryant no conoce la Casa de Campo. Pocos partidos recuerdo con tantos pasos señalizados. ¡Y a mí que me gustaba más aquello de cámino!...
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