sábado, 22 de junio de 2013

Cuando dicen que el perro es el mejor amigo del hombre es por algo

Foto: Casa S.M. El Rey / Borja Fotógrafos

Los perros siempre me gustaron, aunque el mundo perruno no tanto. Puede resultar una afirmación contradictoria, pero se puede explicar. Quiero decir que en mi casa siempre ha habido perros. Eran como uno más de la familia. Los adoré y cuidé a todos. Los hubo de todo tipo. De raza, sin ella, adoptados y hasta un cachorro de nosequé salvado de una muerte segura cuando deambulaba hambriento por una carretera. No piensen que mi casa era un refugio canino. Simplemente cuando moría uno, para enorme disgusto familiar, no tardaba en aparecer otro can para alegrarnos la vida. De todos ellos me acuerdo. Nunca olvidaré sus nombres ni las vivencias y satisfacciones que me proporcionaron. 

En cuanto al mundo perruno, me refiero a ése que se practica en parques, jardines y descampados en el que todo gira alrededor del mejor amigo del hombre en plan de sentimiento colectivo de grupo. Me parece muy respetable, por supuesto. Es una manera de socializarse, aunque admito que en mi caso me resulta tan cansino poner al perro en el centro del universo. Es como, por ejemplo, hablar solo de golf, pádel o de las celebrities.


Es probable que sólo los que tienen animales domésticos en su hogar entiendan esa estrecha relación que se crea entre una familia y la mascota que un día entra en casa. Y por esa atracción canina me ha llamado mucho la atención la audiencia real al perro Ajax. El Rey Don Juan Carlos I recibió en La Zarzuela a  este perro de la Guardia Civil con nombre de equipo histórico de fútbol y que muchos podrían comparar por sus hazañas con el famoso Rex o con Rin Tin Tin. Nada más y nada menos que un perro en palacio y con honores.


Estos tres perros que he nombrado tienen varias cosas en común. Una de ellas es que son pastores alemanes y otra, más importante, es que a su nobleza y fidelidad unen la virtud de tener una capacidad extraordinaria para buscar el bien frente a los malos. Cada uno a su manera, claro. Ajax es un heróe cuyo olfato permite detectar artefactos explosivos en la vida real y se juega el pescuezo de verdad. Así lo hizo en Palmanova (Mallorca) en 2009 donde descubrió un artefacto explosivo colocado por ETA en un segundo vehículo, que evitó una tragedia mayor tras la deflagración de una primera bomba. Sin embargo, tanto el perro policía austriaco Rex como el inolvidable Rin Tin Tin (que tiene su huella estampada en el Paseo de la Fama de Hollywood Boulevard ) son héroes de pantalla, muy bien adiestrados para ponerse delante de la cámara. Y Ajax es un héroe de los de verdad.


Por eso, reconozco que la imagen del Rey acariciando a Ajax, en la primera audiencia real a un perro, me produjo una especial simpatía al tiempo que avivó mis recuerdos hacia los perros con los que he convivido en casa. Fue como un back to the basic. Tal vez fue por su simpleza básica, tan ajena a esta realidad enredada que tanto nos descorazona. La escena fue como un pequeño acelerador de partículas de optimismo ante tanto agujero negro. Y más en estos tiempos donde estamos hartos de tantas noticias negativas por la crisis, las farsas de turno y la corrupción.


Es evidente que ninguno de los perros que han correteado por mi casa han tenido ni de lejos ese instinto del agente canino de la Guardia Civil. Pero al ver a Ajax jugueteando con Don Juan Carlos I me acordé de ellos. Su instinto era distinto. En todo caso, lo sacaban a relucir a la hora de satisfacer su necesidad primaria e interminable de zampar. Recuerdo curiosos episodios como la desaparición de quesos, empanadas y otras delicatessen que alguno de mis fieles  y mimados amigos se tragaron sin rubor,  al menor descuido y poniendo luego mirada de "si no hecho nada". Un visto y no visto, se lo aseguro.


Por eso no puedo evitar pensar qué sucedería si ese artificiero canino de la Benemérita pusiera todo su olfato a prueba de bombas en este barrizal de la actualidad española. ¿Imaginan que este perro inteligente se hubiera escapado por los pasillos y jardines de La Zarzuela? No lo hizo, entre otras cosas porque sabe estar y comportarse. Es cuestión de educación. Pero con su olfato seguro que sería capaz de aclarar el embrollo inaudito de las fincas de la Infanta Cristina mejor que el dicharachero ministro Cristóbal Montoro. Ya puestos, y si me apuran, Ajax podría meter las narices en los sobresueldos del PP, los ERE´s falsos y todas las corruptelas nuestras de cada día. Menos mal que lo suyo son los artefactos explosivos (casi nada). Nobleza obliga y Ajax, a sus trece años, seguro que ya sabe más por viejo que por perro.

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