jueves, 24 de abril de 2008

Floretes envainados

Dentro de unos días los madrileños van conmemorar la intifada de macetazos, trabucos y navajazos con la que hicieron frente a las tropas francesas hace 200 años y mientras, en la calle Génova, los principales protagonistas del congreso del PP parecen haber envainado los floretes de la clase de esgrima. En este escenario, Esperanza Aguirre niega que exista un “pacto de silencio” con el actual presidente del partido y pone a Dios por testigo –“Pero por Dios, cómo voy a llegar yo a un pacto de silencio con Mariano Rajoy. De ninguna manera” --, y parece que rebaja la fuerza de sus estocadas, tras una intensa semana de declaraciones y apariciones públicas, incluida una en televisión en horario de máxima audiencia.
Tras las llamadas a la calma de varios dirigentes populares desde la tormenta que desató Mariano Rajoy el pasado fin de semana cuando dijo que “si alguien quiere irse al partido liberal, que se vaya”, la perspectiva de que los estatutos del partido recojan la posibilidad de hacer unas primarias parece agradar a las personas más cercanas a Aguirre. Así al menos lo puso de manifiesto Ignacio González, portavoz regional y número dos de Aguirre, quien aunque negó que hubiera una posición de apoyo formal sí que reconoció que todo lo que sea abrir los debates internos en el partido “es bueno” y la iniciativa “me parece bien”. La pista ya la dio la propia Esperanza Aguirre al manifestar que “ve con cariño” la propuesta lanzada por un concejal del PP del distrito de Salamanca, feudo clásico e intocable del PP en la villa y corte. Después de que la lideresa repitiera durante más de 59 segundos y en numerosos ocasiones que entre sus planes no está presentar una candidatura al congreso del PP de junio y que apoya a Rajoy, parece que lo que sí está funcionando es su apuesta por abrir un debate de ideas. Las primarias constituyen una manera de “cambiar la inercia inmovilista de los partidos”, como sugiere el ideólogo de la propuesta, y no cabe duda de que es bien vista por los aguirristas. Pese a que no es más que la propuesta de un militante y no hay un apoyo formal de la presidenta, como aclara Ignacio González, lo cierto es que si sale adelante, un espectáculo como el de Obama y Clinton podría formar parte de los estatutos del PP con carácter permanente. Mientras tanto, Alberto Ruiz Gallardón rehúsa pronunciarse y Rajoy rebaja la tensión en la lectura colectiva de El Quijote, con motivo del Día del Libro, y lee: “Estaban en la puerta dos mujeres mozas de esas que llaman del partido...". Casualidad o curioso guiño cervantino.

Y mientras los floretes se envainan en los salones de esgrima de Génova sobre el futuro de la presidencia del PP, la presencia de Juan José Güemes, consejero de Sanidad, sirvió para animar una rueda de prensa con perfil más bajo que las anteriores. Güemes apuntó y disparó con fuerza para rechazar con rotundidad y en términos durisimos la información divulgada por la cadena Ser, según la cual en los hospitales se amplían las funciones de los curas y se les permitirá decidir sobre los cuidados paliativos en enfermos terminales. “Es falso que los capellanes tengan que ver con las decisiones clínicas”, repitió en varias ocasiones el responsable de la Sanidad madrileña, quien al menos en doce veces citó a la cadena de radio. Y ya metidos en trabucazos, tan propios del 2 de mayo, Güemes dijo que la noticia está siendo fomentada por la izquierda. Oposición en estado puro una vez más con la sanidad de fondo y con los médicos de atención primaria protestando en la Puerta del Sol frente a la Real Casa de Correos, conflicto del que Güemes aseguró que lo que hay que ver es “cómo modernizar el modelo de atención primaria” al tiempo que desveló que lo que quieren “son subidas salariales”, o al menos eso es lo que, según el consejero, han planteado en las reuniones con el Comité de huelga.
Pero siguiendo con la oposición entre partidos, el pim-pam pum democrático, Ignacio González sí que empuñó el florete para recordarle a Tomás Gómez, secretario general del PSM, que la competencia en la Cañada Real, de actualidad por nuevos desalojos, no es de la Comunidad de Madrid. En materia urbanística es de competencia municipal y en cuanto a seguridad y orden público, de la Delegación del Gobierno y el Ministerio del Interior, aclaró el hombre de confianza de Aguirre, quien dijo que la Comunidad sólo tiene competencias en vías pecuarias. A falta de respuesta de Gómez. Touché.

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