Mientras en los mentideros de la villa y corte se sigue hablando de cocido madrileño, frente a los platos de provincias, en torno a si Esperanza Aguirre presentará su candidatura en el próximo congreso del PP, su número dos, Ignacio González, hizo ayer en público toda una declaración de fidelidad. “Apoyaré lo que haga la presidenta regional”, afirmó con rotundidad el vicepresidente primero y portavoz regional, tras la habitual rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, quien agregó que no "conoce a ningún consejero que opine de otra manera". Además, González negó que hubiera animado a la lideresa, como publicó El País, a presentar su candidatura en una reunión informal, con cafelito incluido, tras el Consejo de Gobierno de la pasada semana, simplemente porque “yo no estuve”. Pese a los esfuerzos de los periodistas por pedirle ayer algo más que una prueba de fe sobre si Esperanza Aguirre iba "a deshojar pronto la margarita" de su candidatura, el hombre de confianza de la presidenta repitió una y otra vez, sin perder la sonrisa, que lo que dijo la presidenta es que lo importante es abrir un debate ideológico y estratégico que en los años restantes de legislatura permitan al PP recuperar la confianza de los españoles. Vamos, que esto empieza a ser una cuestión de semántica, de interpretación y... de paciencia. Claro, que mientras unos se empeñan en no llamar trasvase al hecho de llevar agua de una cuenca a otro sitio o de no usar la expresión ‘crisis económica’, otro prefieren que no se hable de movimientos internos sobre el liderazgo del partido. Tal vez, el 21 de abril, tras la reunión de Aguirre con Francisco Camps se aclare el futuro. La propia lideresa ya lo repitió el miércoles: “No entra en mis planes [presentar la candidatura], al menos lo he dicho cinco veces”. Sin embargo, los ríos de tinta en la prensa se desbordan en este asunto, pese a que Ignacio González sigue sin entender por qué no se reflexiona sobre el debate de fondo planteado por la presidenta, y sólo se hace acerca de los nombres que podrían plantear batalla a Mariano Rajoy. Y lo tiene claro: “Parece que son otros los que quieren hacer un llamamiento a una división por aspiraciones de tipo personal".
Y mientras el PP convierte en punta de lanza de oposición en el Congreso de los Diputados el trasvase del Ebro a Barcelona, el Gobierno regional sigue con su tarea. Ayer tocaba saber si el nuevo Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero iba a dar a Madrid lo que los responsables regionales llevan demandando desde hace tiempo. González fue claro y exigió a ZP “lealtad institucional y que se acuerde de los madrileños”. La historia de desencuentro entre el Gobierno central y la Comunidad de Madrid es larga, y durante la anterior legislatura se agravó. De momento, y a la espera de acontecimientos, Esperanza Aguirre ya hizo un guiño a ZP y su apuesta de sentar a más mujeres que hombres en el Consejo de Ministros. “Es el siglo de las mujeres y una de las mejores cosas es nombrar a tantas mujeres”, dijo Aguirre. Su números dos prefirió entrar en harina política. Por eso, deseó que se acabe con “el castigo del Gobierno central” a Madrid y haya un esfuerzo económico y gestor; que se invierta en obra pública; y que se dote a la Comunidad de los recursos financieros acordes con su crecimiento. Con el tiempo se verá.
Por otra parte, Ignacio González aclaró la polémica por la subida de los módulos de la vivienda protegida en la Comunidad de Madrid, que el PSM-PSOE anunció que tiene intención de llevar a los tribunales. El portavoz regional fue muy explícito: “No se ha hecho otra cosa que adaptar los precios a los fijados a principios de año por el Ministerio de Vivienda, con Carme Chacón”. Además lanzó un mensaje para navegantes sobre las intenciones “torticeras” que han hecho algunos: “No he oído ni a Tomás Gómez ni a ningún alcalde socialista criticando el decreto de precios máximos del ministerio”. La cosa va a dar jugo político, pero al menos muchos ciudadanos de la comunidad ya respiran tranquilos con la aclaración publicada ayer en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid de que sus viviendas mantendrán el precio acordado antes de la publicación de la orden. Además, González, que no se anduvo por las ramas, también apeló a las reglas del juego para que los promotores y constructores se ajusten a ellas. Algunos, ya toman nota.
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