El Estudiantes y el Baskonia se encuentran en el camino hacia el título. Dos clásicos frente a frente y con Suárez en el quinteto ideal de la ACB. Casi nada.
Hay una palabra en el diccionario que nos viene al pelo ahora mismo. Es orgullo. Un sustantivo que aplicado al baloncesto se magnifica. Pero el orgullo va inseparable a la trayectoria de grandes equipos, desde los Celtics de Boston al Estudiantes del Ramiro de Maeztu. Después de una impecable temporada regular el Asefa Estudiantes tiene como próximo objetivo el Caja Laboral. A priori, las casas de apuestas dan como favoritos a los de Ivanovic, pero los partidos se deciden en la cancha y el orgullo no conoce límites. Ahí puede estar la diferencia entre jugar la semifinal de la ACB o no. La conocida fuerza reboteadoras de los de Luis Casimiro, unas rotaciones basadas en el sentido común y la capacidad para sorprender con inesperadas soluciones ofensivas pondrán en aprietos al Baskonia. El Estudiantes juega en bloque y la filosofía del club es lo que sobresale. No hay estrellas, sólo toreros de la Demencia.Los vitorianos tienen a Tiago Splitter, designado el mejor jugador de la temporada, y un equipo con potencial suficiente para aspirar a llevarse la ACB. Pero un play-off da para mucho y esta misma temporada basta mirar a la NBA para comprobar como la combinación entre defensa y orgullo es capaz de llegar lejos. LeBron James, la estrella de las Cleveland Cavaliers, tiraba su camiseta en el vestuario tras la derrota definitiva ante los Celtics. Nadie apostaba por el equipo del Big Three en su serie pero tirando de orgullo, esfuerzo y sacrificio le regalaron un billete de vacaciones anticipadas a la rutilante estrella de los Cavaliers. El equipo de Luis Casimiro llega pletórico al cruce con el Caja Laboral y con Carlos Súarez en el quinteto ideal de la liga. Es el rookie de los cinco magníficos de la ACB y la demostración de que el baloncesto de cantera sobrevive ante tanta chequera. Ahora toca soñar. Tras el partido ante el Obradoiro, el jueves llega la hora de disfrutar de verdad. Cualquier jugador o técnico que haya disputado un partido de playoff sabe que es algo distinto. Jugar en el alambre, pero por el título, hace que los fantasmas se olviden hasta explotar las situaciones límite. Y hay margen para la sorpresa. El cuadro de cuartos de final se presenta apasionante. Nadie quería enfrentarse al Unicaja de Aíto y al final será el Powers Electronic Valencia su rival. Saltarán chispas porque los del Málaga están encontrando el sitio que nunca debieron abandonar. El errático Real Madrid tiene un choque trampa con el Cajasol. Y ya se sabe que eso de los ex... tiene su morbo. ¿Joan Plaza tiene algún motivo de venganza? El Regal Barcelona es el equipo a batir y, visto lo visto, está por encima del planeta basket. Pero el Gran Canaria ya sabe lo que es ganarles. Sólo una duda antes de los playoff. ¿No es esperpéntico que piten árbitros estadounidenses, un griego y un bosnio? ¿Nadie va a arreglar esto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario