jueves, 27 de enero de 2011

‘Sputnik ni-ni’

Obama dixit: “Este el momento Sputnik de esta generación”. Otra frase para la historia del presidente norteamericano en un momento crucial para su país frente al empuje del gigante chino, la recesión y la pérdida de popularidad. A principios de los años sesenta los rusos ganaban la carrera espacial a los norteamericanos. Era con Gagarin, el primer hombre que estuvo en el espacio, y esas naves Soyuz con las siglas de la URSS estampadas en el contrachapado que forman parte de los mitos que se pierden en la nebulosa de nuestra memoria. El final de la carrera espacial entre rusos y norteamericanos llegó en 1969 con la llegada a la Luna de Armstrong, Aldrin y Collins. Dio lugar a la supremacía mundial de los Estados Unidos mientras Rusia se desinflaba. Por eso, justo ahora, la frase de Obama no es casual. Está muy medida y sabía que iba a revolucionar las redes sociales. Así ha sido. Es todo un revulsivo patriótico en un momento en el que los norteamericanos ven las orejas al lobo. Como en el mejor escenario de Broadway lo que ha venido a decir Obama con su impecable oratoria en el discurso del Estado de la Unión es que “el show debe continuar”. Ni más ni menos. Estados Unidos no quiere dejar de ser la primera potencia mundial ni quedarse dando vueltas en el espacio exterior en gravedad cero como algunos creen que permenece Laika, la perra más famosa del mundo. Ya ven, mientras que en EEUU Obama trata de hacer patria apelando a la generación Sputnik y de paso superar la pérdida de popularidad en las encuestas para recuperar el espíritu del yes, we can, aquí de la generación que se habla es de otra. Es la Generación ni-ni. Una generación de jóvenes que ni estudia ni trabaja y que según los últimos datos se cifra en casi un millón de jóvenes menores de 25 años que no curran en España. Unos no quieren pegar un palo al agua, viven mejor en casa de papá y mamá, a la sopa boba. Y a otros, que están mejor preparados que nunca, sólo les ofrecen trabajos basura. Sin embargo, sobre la mesa de la reforma de las pensiones se establece que para jubilarse a los 67 años cobrando la pensión máxima habrá que cotizar 37 años. Vamos, que alguno llegará por los pelos si esta misma semana tiene la suerte de tener un contrato sin trampas y los demás, a verlas venir. En todo caso, deberíamos aprender de una vez que hay vida antes de la muerte porque de lo contrario nos pasará lo que cantaba The Who en My Generation, uno de los mejores temas de la historia del rock : “Espero morir antes de envejecer”. Y casi, casi, que no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario