Mientras España vive su particular Vía Crucis en los mercados de deuda, las procesiones de Zamora han llegado a las primeras planas de The New York Times o The Wall Street Journal y y el obispo de Alcalá es trending topic en Twitter. Imagino que por la presión de los mercados la noticia está en la penitencia que tienen que hacer los españolitos de a pie ante la amenaza de que la Europa de Merkel nos intervenga. Intuyo que las procesiones zamoranas son lo de menos para unos prestigiosos diarios que van dirigidos a los que manejan las finanzas y asumen que no nos queda otra salida que pedir milagros al santo de turno ante la desconfianza de los que nos compran la deuda. La cosa es que mientras en Grecia ponen a sus policías en alquiler para trabajos de escolta o de actores aquí apostamos por salir en procesión o que el obispo de turno la líe. En Alcalá de Henares el obispo Juan Antonio Reig Plà se ha metido en un jardín, y no de flores precisamente, con su homilía de los Santos Oficios de Viernes Santo. Igual el año que viene hasta The Financial Times desplaza a un enviado especial a la homilía de Viernes Santo en Alcalá tras el reciente revuelo. Las declaraciones homófobas e injustificables de Reig Plà en las que castigaba al fuego de los infiernos a los homosexuales -a los que vincula con la prostitución- o arremetía contras las mujeres que abortan se descalifican por sí mismas. No hace falta buscar justificaciones de ningún tipo. Es lo que hay en la curia romana y responde al pensamiento real de unos obispos cuya opinión se propaga a diestro y siniestro en cuanto abren la boca. Un ejemplo. Sólo 237.000 espectadores estaban viendo por La 2 de TVE esta retransmisión pero sus palabras encendieron la red con un efecto similar a la multiplicación de los panes y los peces. Otro milagro al fin y al cabo. Pero lamentable
obispada.
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