lunes, 4 de abril de 2011

Coches

Los publicistas lo van a tener difícil. Los tiempos están cambiando tan rápido que lo que hasta hace poco nos vendían como verdades universales, hoy ya no lo son. Claro que ellos, mejor que nadie, son los que tienen una mayor capacidad para reinventarse. Hoy que la cosa va de coches, tráfico y humos nada como acordarse de algunos anuncios para comprobar que la vida es pura contradicción. Hasta hace poco todos queríamos ser cowboys, como ése que cabalgaba con decenas de cabezas de ganado y luego se encendía un pitillo invitando al consumidor a entrar en un mundo de sabores. Ahora, como te enciendas un pitillo en un lugar prohibido te puede caer la mundial, entre las miradas de reproche de desconocidos o el multazo de rigor de las mismas autoridades que permiten la venta de un producto que produce cáncer y mata. Ya ven, hasta hace poco los anuncios de las marcas de tabaco machacaban nuestras mentes para que fumáramos porque era poco menos que indispensable para los tíos hechos y derechos o las mujeres liberadas, sensuales y todo ese rollo. Ahora ya (casi) nadie se acuerda. Y con los coches pasa lo mismo. Hasta hace poco si no tenías un coche no eras libre ni independiente y ahora lo que se lleva es el vehículo sostenible, la bici y el transporte público. Incluso la Comisión Europa no quiere que el coche convencional, el de gasolina y diésel, circule en 2050 por las ciudades. Lo curioso es que hasta menos de un telediario los coches de gasóleo eran el futuro, se incentivaba la compra de vehículos nuevos mediante el Plan Renove y se lanzaban mensajes consumistas para que la factoría de tal o cual marca no se fuera al garete o a un país emergente donde la mano de obra está tirada. A este desvaríe se apunta el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Después de gastarse un Potosí en enterrar la M-30 ahora recupera su intención de que sólo circulen por el centro de la ciudad los coches de los residentes. Supongo que también habrá tenido en cuenta la boyante industria de la multa... Con este panorama igual hago como ese niño de cuatro años del anuncio de televisión que se entretenía abriendo y cerrando las puertas del coche que se acababa de comprar y que no podría usar hasta la mayoría de edad. Actuar por instinto es la única salida porque no ya no sé ni cuando podremos arrancar.

1 comentario:

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    paxil

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