domingo, 4 de enero de 2009
Noche mágica
Un amigo asegura que todas las ciudades tienen un secreto. Desde Madrid a Moscú, pasando por Alcalá, Nueva York o La Habana yo también creo que cada ciudad oculta algo. No tiene que ser siempre ni algo siniestro, ni siquiera turbio, pero algo hay, hechizo o lo que sea. Muchas veces los ciudadanos sobreviven en su ciudad negando la mayor, mirando hacia fuera para tapar las vergüenzas, como ocurría en ese pequeño pueblo llamado Sleepy Hollow, cercano a Nueva York, cuento llevado a la gran pantalla por el siempre original Tim Burton y en el que Johnny Deep investigaba una serie de crímenes, tratando de dar coherencia a la leyenda del jinete sin cabeza. Más amable, pero como símbolo de identidad de una sociedad es lo que sucedía en esa visión del Dublín de principios del siglo XX, que James Joyce reflejó con toda su ironía y destellos de añoranza en Dublineses. Ejemplos que se podían suceder con decenas de ellos, de escritores vinculados a ciudades, como la Barcelona de Eduardo Mendoza, el París de Víctor Hugo o el Nueva York de Paul Auster o John Dos Passos y tantos otros. En definitiva, las ciudades tienen vida propia, una identidad colectiva que probablemente se hace y transmite desde de la infancia, pero que marca la vida cotidiana de sus ciudadanos entre sus alegrías y sus miserias, sus costumbres y sus rarezas. Hay ciudades oscuras y hay ciudades de la luz, pero todas las urbes tienen en común ser el lugar donde conviven millares de pensamientos, deseos, traumas, alegrías, gestos anónimos, etc. La vida en todo su esplendor, en definitiva. Y ese esplendor nace de noches como la de Reyes Magos, la más mágica en todo el año y que sirve para hacernos a todos más humildes y renovar la esperanza y la ilusión, algo que en tiempos de entrega al mercantilismo y el mercadeo puro y duro resulta cada vez más difícil. Los Reyes Magos están estrechamente arraigados a las ciudades y pueblos de España y con ellos cada año se renueva un misterio cargado de magia. Esta noche, la escena se va a repetir en multitud de hogares. Ojalá que el secreto de los Reyes Magos perdure para siempre.
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