miércoles, 10 de octubre de 2007

La cesta de la compra hace migas

Los días en que se pagaban 50 pesetas, o menos, por una pistola ya pasaron a la historia y si el alza de los precios en productos básicos como el pan sigue así dentro de poco no habrá que esperar a que devuelvan el cambio si se paga con un euro. A lo largo del último mes la mayoría de las panaderías de Alcalá ya han tomado la impopular decisión de subir el precio de la barra debido al fuerte incremento del precio de la harina, y las que se resisten no tardarán mucho en hacerlo. Primero fueron las hipotecas y ahora es la subida de precios de alimentos básicos como la tradicional barra de pan o pistola, cuyo incremento entre 5 y 10 céntimos es uno de los nuevos frentes abiertos en las economías domésticas. Los expertos ya advierten que detrás del encarecimiento del precio del trigo se esconden otras subidas en productos tan básicos como la leche, los huevos o el pollo, algo que ya empieza a notarse en las tiendas y supermercados de Alcalá.“La harina ha aumentado de precio de mayo a septiembre alrededor de un 50% y llega un momento en que tenemos que subir el precio del pan y repercutirlo en el consumidor porque nuestras economías no aguantan", explica Roberto González, presidente de la asociación de panaderos y pasteleros de Alcalá.No obstante, no todas las tahonas y tiendas que venden pan en la ciudad complutense han hecho efectiva ya esa subida y todavía hay algunos establecimientos donde es posible adquirir un pistola por 0,40 euros. La razón para que la subida no se lleve a cabo de manera conjunta es que los precios del pan están liberalizados desde 1988 y no existe por tanto una norma para fijar un precio común. En este sentido, las Panificadoras que fabrican pan en Alcalá, que son cuatro, aunque también se recibe pan de otras productoras de los alrededores de la ciudad, mandaron hace unos días una circular a las panaderías indicándoles que deberían subir los precios tanto en las barras como en las demás especialidades. En el caso de las barras fijaban la subida recomendada en cinco céntimos y en las especialidades como el colón o la chapata de hasta un 20%. Y es que el aumento de precio es inevitable porque “las materias primeras nos han subido entre un 20% y un 40% de dos meses para acá, y lo malo es que van a seguir subiendo”, asegura González. Pero no sólo es la harina lo que se encarece y una de las subidas más significativas de los últimos meses es la de la leche, que en septiembre llegó a aumentar de precio en un 5,4%. “En dos meses nos ha subido 21 céntimos”, explica el presidene de la Asociación de Panaderos y Pasteleros. Los consumidores de pan, cuyo consumo está recomendado por la Organización Mundial de la Salud, llevaban desde 2004, cuando se produjo el anterior aumento de precios, pagando 0,40 euros por la tradicional barra. Desde hace días el precio ha crecido entre 5 y 10 céntimos. Pero el encarecimiento es mayor si se trata de especialidades como el colón la chapata o la baguette, que se recomienda por parte de las panificadoras que suban un 20%.tarifas libres. Los precios del pan están liberalizados desde 1988 y cada establecimiento fija sus tarifas. Los precios más bajos se corresponden con las panificadoras, que distribuyen el pan elaborado al por mayor para muchos establecimientos. El pan de elaboración artesana, muchas veces preparado en la trastienda de la panadería, cuesta incluso más de 80 céntimos.Pero lo cierto es que antes o después el precio del pan subirá porque las pequeñas panaderías alcalaínas no pueden soportar más el encarecimiento de las materias primas y según las previsiones de los expertos la tendencia al alza se mantendrá en los próximos meses.A pesar de esta situación el presidente de la Asociación de Panaderos y Pasteleros de Alcalá defiende la calidad del producto que ofrecen y confía en que el consumidor entienda que no tienen más remedio que subir los precios. “Lo importante es recalcar al consumidor final que para ofrecer calidad hay que tirar de los precios hacia arriba", explica Roberto González.Sin embargo, el precio de una barra de pan puede ser mucho más barato en un establecimiento chino, donde venden la pistola por 30 céntimos de euro. Los profesionales consideran que es una competencia desleal y apuntan que, además del precio, no ofrece garantías sanitarias adecuadas. Además, a esta competencia se une el pan precocinado, que “es un complemento más”. En este sentido, el presidente de la Asociación de Panaderos de Alcalá hace autocrítica y reconoce que este producto se ha sabido situar en el mercado. causas diversas. El tirón de los precios, además de estar ocasionado por ciertas especulaciones que el Gobierno está dispuesto a vigilar, tiene su origen, por un lado, en la cantidad de cereal que se está destinando a las empresas que se dedican a la producción de biodiésel; y por el otro, a la escasez de producto a nivel mundial y también al aumento del consumo en países como India o China.Pese a que la Comisión Nacional de Competencia, organismo dependiente del Ministerio de Economía está investigando si las empresas de alimentación han advertido públicamente de que iban a subir los precios, lo cierto es que los panaderos coinciden en que si las materias primas se encarecen no tienen más remedio que subir el precio. Cuestión de supervivencia y de rentabilidad.No obstante, la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, aseguró recientemente que “la subida anunciada no se corresponde con los incrementos provocados por la subida del trigo". Los productores de harina ya habían avisado desde antes del verano de la inminente subida de todos los derivados del trigo. Pese a que la psicosis de las subidas en el sector agroalimentario acompañó este verano a los consumidores, lo que es evidente es la imparable tendencia alcista de las materias primas en los últimos meses, que en caso de los cereales ha llegado a límites desconocidos en precios de lonja. Por ejemplo, en agosto, el trigo blando panificable cotizó en origen cerca de 22 céntimos el kilo, un 50% más que en el mismo mes del año pasado, con lo que la consiguiente repercusión en el pan, la repostería o las pastas estaba cantada.

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