Ya no hay marcha atrás. Luis Bárcenas ha cruzado el Rubicón con
todas las consecuencias. Desde su celda de la cárcel de Soto del Real el
exgerente y extesorero del PP ha movido pieza. Podria ser un aviso para navegantes
pero todo apunta a que no será un disparo aislado del contable del PP y que guarda más pólvora en su cartera. Que esté mojada o no ya se verá. Pero parece dispuesto a todo para salvarse de una inevitable quema porque
justificar la procedencia de más de cuarenta millones de euros en cuentas
suizas va a ser complicado.
A estas alturas es difícil
saber a qué Bárcenas creer, si al
que negaba que hubiera una contabilidad oculta en el PP o el que dispara contra
el partido de Rajoy y propaga sin miramientos que
los sobresueldos llegaban a los ministros en cajas de puros. De momento el juez
Ruz le ha citado a declarar por
enésima vez en la Audiencia Nacional
el próximo lunes. Allí tendrá la oportunidad de confirmar la veracidad del
original publicado por El Mundo y unas
acusaciones que ponen en peligro el futuro del propio Rajoy.
Mucho se ha escrito y dicho
estos días sobre Luis Bárcenas, al
que nadie debe comparar con un llanero solitario. Ni mucho menos. La cárcel
cambia a las personas y allí ha empezado a tirar de la manta. Su estrategia
cambió en el momento en el que Pedro J.
Ramirez, director de El Mundo,
publicaba con Bárcenas como fuente, que
el PP se había financiado de manera irregular durante veinte años y que la
cúpula del PP recibía sobresueldos. Los abogados de Bárcenas no tardaron en renunciar a su defensa “por pérdida de
confianza” y el bombazo periodístico se certificó cuando a la redacción de este
diario hizo llegar como prueba uno de los papeles secretos (se comenta que fue
a través de un sobre enviado por Rosalía,
esposa de Luis Bárcenas) que también
fue publicado.
De ‘Los papeles secretos’ a ‘Las cuatro horas con
Bárcenas’.
Las fotocopias de las
supuestas cuentas irregulares del PP que El
País publicó en portada en enero con el título de Los papeles secretos de Bárcenas se han convertido en originales
tras Las cuatro horas con Bárcenas en
El Mundo. Al menos una de esas
páginas con anotaciones por ambas caras están en manos del juez Ruz, al que le tocará verificar si esos
pagos se produjeron o no. A estas alturas dudar de la existencia de unos
papeles, como durante meses han hecho muchos negacionistas, es ridículo. Los papeles existen, otra
cosas es que esos pagos que vulneran la ley de incompatibilidades se llevaran a
cabo tal y como contó Bárcenas.
Es probable que Bárcenas alimente así más la ceremonia
de la confusión, donde se ha movido bien durante los últimos meses, porque se
cruzan intereses diversos. La elección
del diario El Mundo por parte de Bárcenas
no fue casual. El diario de pedrojota
y La Moncloa
mantienen un tenso pulso desde hace meses. Rajoy
y sus políticas están en la diana de las críticas en este diario. Además, si
finalmente el abogado Javier Gómez de
Liaño se encarga de la defensa del exgerente del PP es más que probable que
El Mundo tenga acceso a más papeles
de Bárcenas. ¿Será porque Gómez de Liaño y Pedro J. Ramírez son íntimos amigos?
De lo que no hay duda es de
que el ingreso en prisión de Bárcenas
supone un antes y un después. Puede que piense que para evitar hablar de lo
suyo –el enriquecimiento personal y las cuentas millonarias en Suiza– no hay
nada mejor que sembrar las dudas sobre la cùpula del PP y poner en marcha el
ventilador.
Igual Bárcenas era alguien ajeno al PP…
De momento, el PP ha cerrado
filas en torno a su líder mientras que la oposición exige explicaciones a
Rajoy. Y las formas de actuar se repiten, Cambian los protagonistas, pero que
un partido en el gobierno azuzado por la oposición y la prensa no dé la cara es
algo habitual en la democracia española. ¿Se acuerdan del caso Filesa en tiempos de Felipe González?
Los populares han tirado del
argumentarlo político de urgencia para estos casos y han salido en defensa de
la honorabilidad de Rajoy, el mismo
que en febrero dijo que “nunca he recibido ni he repartido dinero negro ni este
partido ni en ninguna otra parte”. La reacción de los populares se ajusta al manido centralismo
político de los partidos, donde la militancia no discrepa de la cúpula salvo
versos sueltos que casi siempre tienen a Esperanza Aguirre como protagonista…
Sin embargo, chirría que por esa adhesión ciega a
unas siglas políticas haya quien se refiera a Bárcenas como alguien ajeno a su partido ¿No se dan cuenta en el PP
que Bárcenas fue gerente y contable durante años? No era alguien que pasaba por
allí…
No estaría mal que Rajoy volviera a salir a la palestra,
esta vez sin plasma por medio, para aclarar la confusión que ha creado el
hombre que durante años ha tenido una oficina y un sueldo en Génova, que es la
misma persona a la que también prometieron apoyo. Y qué mejor sitio en una
democracia que el Congreso de los Diputados para que el presidente del Gobierno
ofrezca las explicaciones pertinentes que no solo le reclaman los partidos de
la oposición sino muchos ciudadanos escandalizados por un episodio que parece
muy chungo.
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