miércoles, 9 de enero de 2013

Madrid Arena




Cadía que pasa el caso Madrid Arena me revuelve más las tripas. No hay día en que se conozca un vídeo nuevo o se desvele alguna conversación que añade más truculencia a la tragedia de la fiesta de Halloween. Los vídeos de la avalancha en esos estrechos pasillos y las llamadas al Samur ponen los pelos de punta. Tanto como lo que se sabe de la entradas y el aforo duplicado, las amistades peligrosas entre el cesado vicealcalde y el organizador de la fiesta, el vaivén de reproches entre los organizadores y el ayuntamiento o las acusaciones entre seguratas y controladores. Todo es un despropósito. Probablemente tienen razón los que defienden que hay que ponerse en el lugar de los hechos, ese día y a esa hora para entender de verdad la magnitud de esa tragedia. Si todo podía fallar en una macrofiesta,  ese día falló. Sólo cabe esperar que la justicia llegue hasta las últimas consecuencias para que paguen todos y cada uno de los responsables de aquella fatídica tragedia del 1 de noviembre. La avalancha que acabó con la vida de cinco jóvenes exige respuestas, respeto y, sobre todo, justicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario