miércoles, 7 de noviembre de 2012
Obama o el tren a ninguna parte
Probablemente no queda más remedio que creer a Barack Obama. Cuando dice que “lo mejor está por llegar” pone de acuerdo a los vecinos de Washington y a los de Alcalá de Henares. Será porque la globalización y la necesidad se dan la mano. Es lo que tiene caer hasta ver el fondo. Su victoria electoral en las presidenciales norteamericanas es una buena noticia para ambos lados del Atlántico. Mientras las cifras del paro siguen creciendo en España, donde sólo trabajan tres de cada cuatro personas en edad de currar más ganas tengo de creer en el yankee. Será que lo que nos queda es agarrarse a un “lo mejor está por llegar” antes que escuchar las previsiones de crecimiento de la Unión Europea. Así que no es extraño que a más de uno le ronde la idea de hacer como Noodles. Ese mafioso de Érase una vez en América que huye de Nueva York y en la estación ferroviaria pide un billete para el primer tren. Y un servidor, entre tomar un tren a ninguna parte o apostar por Obama, se queda con lo segundo.
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