viernes, 15 de octubre de 2010

Chile, un ejemplo a seguir


La gestión de la crisis de los 33 mineros atrapados a 600 metros bajo la tierra demuestra que las buenas noticias tienen cabida en este mundo globalizado. Miles de personas en todo el mundo han seguido en directo, por televisión, el rescate de cada uno de los mineros encerrados en esa mina durante dos meses y han compartido las mismas sensaciones. Cada vez que un minero emergía en la cápsula diseñada por la NASA el júbilo se extendía por todo el planeta. Este episodio contienen muchas lecturas gratificantes, pero demuestra que el trabajo en equipo, la prudencia, el esfuerzo y la colaboración de países muy diversos son capaces de obrar el milagro. La misión para rescatar a los mineros de las entrañas de una mina en el desierto de Atacama ha sido un ejemplo para todo el mundo y demuestra que cuando hay un objetivo común se pueden traspasar las diferencias que crea la condición humana. En la era digital y de Internet no hay distancias, por eso llama mucho la atención modélica que recibieron los 33 mineros. El rescate fue un ejemplo de superación, unión y confianza de los ciudadanos en su gobierno. No estaría mal que esa magistral lección se aprendiera en España, donde las diferencias se manifiestan en forma de abucheos al presidente del Gobierno cuando se honra a los caídos, o cuando el carburante de la solidaridad se agota para las víctimas del 11-M.

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