sábado, 13 de junio de 2009
Tesoro
¡Tratatatatatatata! Cada mañana el mismo ruido y la misma escena. Un currante con casco, tapones en los oídos y chaleco amarillo se afana a la hora de triturar el asfalto del cruce que van a rehabilitar junto a mi casa. Si no fuera porque esas calles apenas tienen unos años empezaría a sospechar de la necesidad de la obra, porque de la molestia inútil no me cabe duda. Aunque sea abrir para cerrar, todo con cargo al Plan E, prefiero pensar que esa obra obedece a causas ocultas, esas que trascienden al más allá. Las teorías de la conspiración siempre venden más que los hechos reales, aunque muchas veces la realidad supere a la ficción. Pero puestos a conspirar empiezo a intuir que la reparación de este cruce es una excusa excelente para buscar el Eldorado que infructuosamente anhelaron los conquistadores españoles. Igual duerme en el subsuelo de Madrid en forma de tesoro. El actor norteamericano Danny de Vito ya lo advirtió hace ocho años cuando en una de sus visitas a la capital le sorprendió que media urbe estuviera patas arriba. “Cuando encuentren el tesoro, ¡avísenme!”, dijo Danny de Vito y por lo que veo la búsqueda nunca ha terminado. Ahora que se investiga la muerte en Tailandia de David Carradine, a lo mejor lo que se oculta en el otro Madrid es un cofre con la Técnica de los Cinco Puntos que aprendió Uma Thurman en Kill Bill para despachar a su antiguo amante. Las causas de su muerte no están claras y otra vez aparece la duda de la sospecha. ¿Exceso, suicido o asesinato a cargo de una secta secreta de artes marciales? Son tres hipótesis que se barajan, pero habrá que esperar. Como habrá que esperar a que los obreros terminen de abrir zanjas para redecorar una avenida nueva. Ahora que cada día te levantas a golpe de ERE, algunos ya preparan las bateas para tirarse a esas zanjas por si les aparece entre los sedimentos alguna pepita de oro con la que sobrevivir. Otros no tienen problema. Dentro de poco Cristiano Ronaldo circulará por ese cruce subido en un potente Hammer, acompañado por Paris Hilton o la buenorra de turno. Mientras, los buscadores de oro, que se habrán quedado ya sin Plan E o lo que sea, aplaudirán al luso y pedirán un préstamo para comprar la camiseta de CR7 a sus hijos. ¿No habíamos quedado en que en España se había vivido por encima de las posibilidades? A algunos seres superiores parece que eso ni les va ni les viene.
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