domingo, 28 de diciembre de 2008
Para olvidar
Lo mejor que tiene 2008 es que apenas le quedan tres telediarios. Ahora que por mi retina pasan a toda velocidad decenas de imágenes, del mismo modo que los insectos se estrellan en el parabrisas de un coche, sólo hay una conclusión. Ha sido un año para olvidar, de esos que se recordarán dentro de una década como el de la crisis. Igual que el crack del 29, la crisis del 73 o la de 1992, lo sucedido en 2008 era algo que tenía que pasar, pese a que algunos se empeñaban en que no pasaría o que el aterrizaje sería suave. Pero, no. El golpe ha sido en toda regla, en la línea de flotación. Lo sucedido en 2008 se enseñará en los colegios para que los hijos de la Logse, la LOE, o como quieran llamar al dichoso sistema educativo aplicado por los partidos de turno a los zotes de nuestros hijos, aprendan que la burbuja inmobiliaria pinchó. La misma que ha permitido a muchas familias vivir por encima de sus posibilidades, hipotecados hasta las cejas, gracias a un gigante de pies de barro, que ha tenido en la avaricia humana el mayor enemigo. Un sistema más inestable de lo que nos vendían y que de milagro económico tenía poco o nada. Basta rascar y las miserias salen a relucir. Han sido doce meses vertiginosos, al filo de la navaja, que han hecho bueno aquello de año bisiesto, año siniestro y que apenas dejan cosas buenas que celebrar. Sólo los deportes pueden sacar pecho. La selección ha llenado de alegría los hogares españoles mientras la despensa estaba más vacía que nunca. Nada como la versión en TDT de Marcelino metiéndole a Rusia un gol para mantener la venda en los ojos sin ver a tu alrededor cómo se desploman los empleos o las empresas ponen el cartel de Cerrado. Al menos este año ha servido para sacar las vergüenzas a muchos estiraditos, a los Madoff de la vida, a los que el cuento se les ha acabado. Las vidas invisibles es lo que tienen. Antes o después, salen a flote los fantasmas internos para resquebrajar la vida acomodada y sedentaria de los que se enriquecen y encuentran consuelo mirando hacia otro lado. Es, por duro que parezca, como los cadáveres de subsaharianos que un día aparecen varados en las playas. Mejor no verlos, aunque te cuenten que los hay. Tal vez para expiar habría que empezar por abrir los ojos. 2009 es una buena oportunidad.
domingo, 21 de diciembre de 2008
Elefante
Una niña miraba extasiada e ilusionada un Belén, con todas su figuritas y el humilde pesebre como centro de todo, hasta que un detalle le llamó la atención. El rey Baltasar llegaba hasta el pesebre de Belén subido en un elefante en lugar del tradicional camello, ése al que año tras año dejamos agua y pan duro tras su largo viaje desde Oriente cargado de regalos.
-¡Mamá! ¿Por qué nosotros no tenemos un elefante en el Belén de casa? -preguntó inquieta la niña mientras la madre trataba de buscar la mejor respuesta para salir airosa de la duda que la había planteado la pequeña.
-No sé, hija. Ten en cuenta que atraviesa un desierto y que los camellos pueden estar muchos días sin beber y para un elefante sería imposible -contestó la mamá.
Tal vez ese elefante, poco o nada tenga que ver con el paquidermo que protagoniza la última novela de José Saramago, salvo en su peso y su andar pausado. No es la primera vez que el Nobel portugués, siempre lúcido y eterno luchador contra las injusticias, viene a esta columna. En este caso, su última novela tiene que ver con la inocente pregunta de esa niña. El viaje del elefante es el título de la novela del escritor y en ella relata la aventura de un paquidermo que viajó en el siglo XVI de Lisboa a Viena, fruto de un regalo entre reyes. Cuando se murió al año de llegar a Viena, después de ser aplaudido y ser admirado por los vecinos de decenas de pueblos y ciudades por donde pasó, le cortaron las patas delanteras para hacer con ellas unos recipientes de bastones. Triste final para una gesta épica de un animal que representa la metáfora humana de la vida, con su crueldad y esplendor. Desde que empezamos a tener uso de razón soñamos que tenemos libre albedrío, pero no es así. Igual que al elefante, admirado por todo el mundo, nos pasa a nosotros, que a la vuelta de la esquina nos espera el destino y… ¡zas, te la da! Por eso, este año yo también pongo un elefante en el Nacimiento de mi casa y mi duda es si sentaré sobre él a Melchor, Gaspar o Baltasar. Lo que tengo claro, como Saramago, es que siempre se llega a donde te están esperando. Feliz Navidad.
-¡Mamá! ¿Por qué nosotros no tenemos un elefante en el Belén de casa? -preguntó inquieta la niña mientras la madre trataba de buscar la mejor respuesta para salir airosa de la duda que la había planteado la pequeña.
-No sé, hija. Ten en cuenta que atraviesa un desierto y que los camellos pueden estar muchos días sin beber y para un elefante sería imposible -contestó la mamá.
Tal vez ese elefante, poco o nada tenga que ver con el paquidermo que protagoniza la última novela de José Saramago, salvo en su peso y su andar pausado. No es la primera vez que el Nobel portugués, siempre lúcido y eterno luchador contra las injusticias, viene a esta columna. En este caso, su última novela tiene que ver con la inocente pregunta de esa niña. El viaje del elefante es el título de la novela del escritor y en ella relata la aventura de un paquidermo que viajó en el siglo XVI de Lisboa a Viena, fruto de un regalo entre reyes. Cuando se murió al año de llegar a Viena, después de ser aplaudido y ser admirado por los vecinos de decenas de pueblos y ciudades por donde pasó, le cortaron las patas delanteras para hacer con ellas unos recipientes de bastones. Triste final para una gesta épica de un animal que representa la metáfora humana de la vida, con su crueldad y esplendor. Desde que empezamos a tener uso de razón soñamos que tenemos libre albedrío, pero no es así. Igual que al elefante, admirado por todo el mundo, nos pasa a nosotros, que a la vuelta de la esquina nos espera el destino y… ¡zas, te la da! Por eso, este año yo también pongo un elefante en el Nacimiento de mi casa y mi duda es si sentaré sobre él a Melchor, Gaspar o Baltasar. Lo que tengo claro, como Saramago, es que siempre se llega a donde te están esperando. Feliz Navidad.
jueves, 18 de diciembre de 2008
Mal rollito... y sin cava
Pese a la cercanía del espíritu de la Navidad, la conversión de Mister Scrooge gracias a los buenos deseos de esperanza y confraternidad está lejos de hacerse realidad en el foro madrileño. Así al menos lo pone de manifiesto el distanciamiento, cada vez mayor, entre el PP y el PSOE. Tras los exabruptos del alcalde de Getafe y presidente de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP), Pedro Castro, que motivó el plante de los populares la moción de censura en Pinto ha propiciado que los dos principales partidos se afilen más los colmillos. El PP está que trina porque ni siquiera la Fiscalía Anticorrupción ha comenzado a investigar el presunto apaño en Pinto para desbancar de la Alcaldía a la popular Miriam Rabaneda mediante una moción de censura. La tradicional rueda de prensa del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, que viajó de la sede regional de la Puerta del Sol a la Asamblea de Madrid, en Vallecas, donde se votaron los presupuestos de la Comunidad de Madrid, puso de manifiesto el descontento popular. Ignacio González, vicepresidente regional, reclamó una “rápida y profunda explicación” por parte de Tomás Gómez, secretario general del PSM por los acontecimientos que se están sucediendo en Pinto. Además los acontecimientos se suceden y aseguró que la intención del PSOE de denunciar a los que grabaron en vídeo al candidato socialista en Pinto arrancando los carteles que anuncian la manifestación del domingo en protesta por la moción de censura “es un ejemplo de la tomadura de pelo”. Las imágenes fueron emitidas por Telemadrid, pero González cree que el PSOE solo quiere con la denuncia “echar humo” sobre este polémico asunto y calificó con ironía la pretensión socialista como un “ejercicio claro de la libertad del expresión y la democracia”.
Mientras los populares se preguntan por qué la Fiscalía Anticorrupción se niega a investigar en Pinto mientras que “por algo menos” hubo actuaciones contra Esperanza Aguirre por unas parcelas en Majadahonda, los socialistas no ven nada turbio en la moción. Tal vez, lo único oscuro que ven en la moción es la intención de Aguirre de “enturbiar”, como ya se señaló la portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Maru Menéndez. A este paso, mientras la crisis económica aprieta y afloran cada vez más los problemas no es de extrañar que PP y PSOE sean incapaces de brindar en el tradicional cóctel con motivo de las fiestas navideñas. El patio no está para fiestas, y menos cuando tras el episodio de Pedro Castro, el PSOE puede arrebatar el lunes una alcaldía al PP. La política tiene estas cosas, y el que antes era un enemigo, e incluso un tránsfuga, con declaración oficial o no, puede convertirse en un nuevo compañero de viaje en Pinto. Ingeniería política pura y dura, pero no estaría mal que alguien ajeno aclarara de una vez esos oscuros intereses que parece que planean sobre la ciudad del motor y que da lugar a amistades peligrosas. Y hablando de tránsfugas, los representantes del PP en la reunión de la Comisión de Seguimiento del Pacto Antitransfuguismo salieron el miércoles con mala cara del Ministerio de Administraciones Públicas por la negativa a debatir con carácter de urgencia el caso de Pinto. Claro, que el valor de esta reunión queda en entredicho, por mucho que la ministra Elena Salgado se empeñe en asegurar cada seis meses “que el Pacto Antitransfuguismo está cumpliendo sus objetivos” si los acuerdos que se toman no se cumplen o se dilatan en el tiempo, como sucede en Villalbilla, donde dos ediles que encabezaron las listas del PSOE y que fueron declarados tránsfugas hace un año, permanecen en el equipo de Gobierno del popular Iván Borrego.Con este panorama, nada mejor que un derrumbe en las obras del AVE entre Madrid y Valencia para que el frente popular de Aguirre y Camps se lance sobre la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, con la foto de rigor en una finca cercana al lugar del derrumbe. Pero Maleni se envalentona por encima de sus sucesivos jefes de prensa y como es Navidad ofreció su tono light para calificar la visita de ambos presidentes autonómicos, por eso de que es Navidad, asegurando “que habían ido a pasar un día de campo”. Desde la Comunidad se insiste en que “cambie de actitud” y termine "lo antes posible" las obras que tiene en marcha en esta Comunidad “con medidas de seguridad y garantías” porque “cada dos por tres se le caen”. Así las cosas habrá que esperar al buen rollito hasta el año que viene porque en 2008 de cuento de Navidad, nada de nada.
Mientras los populares se preguntan por qué la Fiscalía Anticorrupción se niega a investigar en Pinto mientras que “por algo menos” hubo actuaciones contra Esperanza Aguirre por unas parcelas en Majadahonda, los socialistas no ven nada turbio en la moción. Tal vez, lo único oscuro que ven en la moción es la intención de Aguirre de “enturbiar”, como ya se señaló la portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Maru Menéndez. A este paso, mientras la crisis económica aprieta y afloran cada vez más los problemas no es de extrañar que PP y PSOE sean incapaces de brindar en el tradicional cóctel con motivo de las fiestas navideñas. El patio no está para fiestas, y menos cuando tras el episodio de Pedro Castro, el PSOE puede arrebatar el lunes una alcaldía al PP. La política tiene estas cosas, y el que antes era un enemigo, e incluso un tránsfuga, con declaración oficial o no, puede convertirse en un nuevo compañero de viaje en Pinto. Ingeniería política pura y dura, pero no estaría mal que alguien ajeno aclarara de una vez esos oscuros intereses que parece que planean sobre la ciudad del motor y que da lugar a amistades peligrosas. Y hablando de tránsfugas, los representantes del PP en la reunión de la Comisión de Seguimiento del Pacto Antitransfuguismo salieron el miércoles con mala cara del Ministerio de Administraciones Públicas por la negativa a debatir con carácter de urgencia el caso de Pinto. Claro, que el valor de esta reunión queda en entredicho, por mucho que la ministra Elena Salgado se empeñe en asegurar cada seis meses “que el Pacto Antitransfuguismo está cumpliendo sus objetivos” si los acuerdos que se toman no se cumplen o se dilatan en el tiempo, como sucede en Villalbilla, donde dos ediles que encabezaron las listas del PSOE y que fueron declarados tránsfugas hace un año, permanecen en el equipo de Gobierno del popular Iván Borrego.Con este panorama, nada mejor que un derrumbe en las obras del AVE entre Madrid y Valencia para que el frente popular de Aguirre y Camps se lance sobre la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, con la foto de rigor en una finca cercana al lugar del derrumbe. Pero Maleni se envalentona por encima de sus sucesivos jefes de prensa y como es Navidad ofreció su tono light para calificar la visita de ambos presidentes autonómicos, por eso de que es Navidad, asegurando “que habían ido a pasar un día de campo”. Desde la Comunidad se insiste en que “cambie de actitud” y termine "lo antes posible" las obras que tiene en marcha en esta Comunidad “con medidas de seguridad y garantías” porque “cada dos por tres se le caen”. Así las cosas habrá que esperar al buen rollito hasta el año que viene porque en 2008 de cuento de Navidad, nada de nada.
sábado, 13 de diciembre de 2008
Coronas
Estaba la otra mañana cultivando la mente y el estómago en un bar, enfrascado en la lectura del Marca y analizando las clasificaciones, cuando un pequeño detalle me ofreció una revelación. Mientras mojaba los churros en un café y a mi lado otro cliente se zampaba un montado de panceta, una corona en un escudo de fútbol llamó mi atención. De ahí a otro equipo y a otro, de primera división a segunda. Más grande o más pequeña. Desconozco si el tamaño aumenta en función de los resultados deportivos, pero lo cierto es que ahí están, con gracia y real. Coronando escudos más definidos y otros que son más de andar por casa. El bar es acogedor y la temporada del Madrid calienta como siempre los debates de la clientela entre desayunos y cazallas. Pero la perspicacia de mi descubrimiento me alejó de la discusión sobre la destitución de Schuster y el fichaje de Juande. Al menos, el fútbol permite entrar en cualquier conversación sin ser invitado. Incluso te encuentras con la sorpresa que cuando le dices al camarero “qué se debe” un anónimo contertulio ya te haya invitado. Pero esa mañana yo iba a lo mío. Encontré un asunto digno de estudio y con la entidad suficiente para estrujarme los sesos y averiguar si es más monárquico un escudo circular con una corona encima, como el del Real Madrid, o uno como el del Real Betis, triangular, pero coronado. Tampoco sé si hay equipos republicanos o monárquicos, pero creo que habría que pasar los escudos y la parafernalia de los hinchas, con sus himnos y sus bufandas, por la batidora de la modernidad. Pero este asunto que cualquier mojigato como yo se plantearía investigar en un país acostumbrado a que la ficción supere a la realidad se desvaneció de mi mente en cuanto levanté la mirada del Marca hacia la tele. Vi el anuncio del ministro Bernat sobre el uso de los condones y escuche eso de “tronco yo no corono rollos con bombo”. ¿Coronas y preservativos? Ahí di por concluido el análisis de los escudos y volví a la realidad. Ese día nadie me pagó el café. Salí del bar silbando Paquito el Chocolatero de vuelta al curre, sin acordarme que los detectives de Teddy Bautista y la SGAE andan envalentonados haciendo caja por ahí. ¡País!
lunes, 8 de diciembre de 2008
¿Debe dimitir Pedro Castro? Los ayuntamientos se juegan mucho
Pedro Castro es más Sancho que Quijote, no sólo porque sea manchego, de Tomelloso, para más señas, sino porque le gusta hablar, probablemente más de la cuenta. Y tanta locuacidad en política al final se paga y más cuando el patio de los ayuntamientos anda revuelto desde que los ingresos del suelo se esfumaron. El alcalde de Getafe y presidente de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP) es un tipo locuaz, cercano y popular y así lo ha demostrado para sobrevivir casi tres décadas a gobiernos de todo signo. Tres características que pueden ser buenas pero que cuando se llevan 25 años al frente de un municipio son tan traicioneras como el Síndrome de la Moncloa. Y más cuando se está ya en el punto de mira. Y es que Pedro Castro no es como sus antecesores en la FEMP, Rita Barberá. Heliodoro Gallego o Francisco Vázquez; ese alcalde de izquierdas que tanto gustaba a la derecha. De cara a sus vecinos presume de haber enterrado las vías del tren, de haber sido capaz de ampliar los servicios mínimos de una huelga de basura que marginaba al llamado sector III o de dialogar en plena calle con cualquiera. Pero Castro, sobre el que su partido cierra filas, llevaba semanas echando balones fuera. Que si el coche oficial de 120.000 euros pagado mediante leasing, que si no es capaz de presionar a José Luis Rodríguez Zapatero, que si... Mientras, desde los ayuntamientos populares se le exigía que fuera firme y convincente en la negociación con el Gobierno en la reforma de la financiación local. Sin embargo, en lugar de erigirse en ariete para reclamar la llamada segunda descentralización, que permitiría a los ayuntamientos resolver cuestiones como las competencias impropias, que muchas veces se llevan un 30% de los presupuestos municipales, el presidente de la FEMP se equivoca. Castro ha elegido, igual que el nacionalista Joan Tardá, la semana de la Constitución, ésa en la que tanto se habla de concordia entre los españoles, para meter la pata e insultar a los más de diez millones de votantes del PP llamándoles “tontos de los cojones”. Es cierto que ha pedido disculpas por activa y por pasiva, pero la regeneración democrática empieza por uno mismo y con el código ético en la mano que él mismo impulsó en la FEMP como alcalde de alcaldes debe dejar el puesto con naturalidad y sin más ruido. Sus palabras son un error que un municipalista no se puede permitir y la institución, más politizada que nunca, se lo agradecerá. De momento, lo deja en manos de la Comisión Ejecutiva de la FEMP, pero los alcaldes populares no cederán. Lo malo es que este ruido mediático, esconde el verdadero problema que ni Castro ni sus predecesores en el cargo han sido capaces de solucionar: muchos Ayuntamientos no tienen ni una cala. Es cierto que los ayuntamientos disponen de un fondo de 8.000 millones para hacer obras, pero también que el Real Decreto del Fondo de Inversión municipal sigue sin resolver los problemas del día a día, el de las facturas. La reforma de la financiación local, que permitiría a los ayuntamientos aumentar su participación en los tributos del Estado sigue siendo la asignatura pendiente y ni Castro ni el Gobierno central, ni las Comunidades autónomas parecen estar dispuestos a solucionarlo. Las respectivas administraciones porque no están las cosas como para ceder dinero y Castro, sencillamente porque pese a que en su día fue capaz de plantar cara a Leguina a cuenta de las inversiones regionales, ahora Zapatero es mucho ZP y su crédito de superviviente está al límite. La casual reunión con ZP, en la que sacó que las entidades Locales puedan incurrir en un déficit excepcional del 0,2% del PIB en los ejercicios 2008 y 2009, coincide con el anuncio del plan de los 8.000 millones. Una cifra inferior a la que el PP quería y que solicitaba mediante la creación de una línea de crédito de 5.000 millones del Instituto de Crédito Oficial y que el Estado avale las emisiones de deuda por 4.000 millones. Hay demasiado en juego para hablar de “tontos de los cojones”...
domingo, 7 de diciembre de 2008
Los 'ex'
Si hay algo que a estas alturas que me sigue causando cierta confusión de los sentidos es pasear con mi mujer y encontrarme a una ex. ¿Qué quieren que les diga? Este tipo de reencuentro con el pasado íntimo de uno siempre sucede de la manera más casual y en el lugar más inesperado. Incluso en muchos casos ni siquiera llega a producirse, aunque uno hasta lo desee. El caso es que después de un siempre engorroso “tenemos que hablar” o de una carta de despedida siempre hay que reponerse para tratar de hacer borrón y cuenta nueva, hasta que una mala jugada del destino te vuelve a colocar en el tablero de juego. Ni siquiera un arreglo amistoso impide un día al salir de un bar, doblar la calle y toparse de bruces con el pasado para recibir el puyazo verbal y sentimental de una ‘ex’. Es algo así como encontrarte con el pasado del brazo de un tipo y que entre sonrisas forzadas aprovecha para recordarte que nadie como ella le daba el punto al gazpacho, como cantaba Sabina cuando evoca a sus señoras. Vamos, que eso es como tener una herida y que todos los golpes te vayan ahí. De la indiferencia de aquella relación a pensar en lo que fue y pudo haber sido hay una amplia gama de matices que sólo cada uno es capaz de resolver y aceptar. Pues algo así sucede con los ex presidentes del Gobierno, que con la ventaja que da hablar a toro pasado y rodeado de aduladores se permiten todo tipo de licencias, oportunos olvidos de su gestión se convierten en ‘tocapelotas'. Supongo que tanto Rajoy como Zapatero, pese a que aguanten el tipo de manera estoica, lo que más les incomoda no es el cara a cara entre ellos. Duelen más los reproches del líder ‘retirado’, que los de la trinchera política. Y los ex –Felipe González y José María Aznar– se gustan mucho a sí mismos y se les hincha la boca a la hora de lanzar mensajes y consejos. No sé si como Saturno devorarán a sus hijos, aunque en política todo es posible, pero no creo que ni a Rajoy ni a Zapatero les guste dejarse ver con una oreja colorada por la reprimenda del ‘ex’ cuando les leen la cartilla en público por no salir a ganar para llegar a La Moncloa o por mirar hacia otro lado ante la crisis. Y es que como sucede en las mejores familias, el peor enemigo en política está en casa.
jueves, 4 de diciembre de 2008
La fuerza por la boca
Son muchos los que creen que Pedro Castro y Magdalena Álvarez deberían tener la boca callada y no culpar a Esperanza Aguirre de sus desdichas y elocuentes palabras. La estrella que acompaña a la presidenta regional, con calcetines o sin ellos, puede volverse contra estos líderes socialistas en cuanto menos se lo esperen y sin necesidad de recurrir a vudú alguno o amuletos de los ‘chinos’ Todo es cuestión de fortuna y Esperanza Aguirre la tiene. El trágico episodio de Bombay, donde la vida de Aguirre peligró seriamente o la pregunta que se hizo el inefable Pedro Castro, primer edil de Getafe y, aunque no lo parezca, alcalde de los alcaldes de España como presidente de la Federación Española de Municipios, ponen de manifiesto una escalada dialéctica que inició en un restaurante de lujo de Bombay el señor Guardans, nacionalista de CiU para más señas, que prosiguió José Blanco con unas mezquinas acusaciones y a las que puso el colofón la siempre beligerante y atolondrada Maleni, una de las ministras a las que más les va la marcha y que más juego da a los canallas de la prensa. Y por si fuera poco el tomellosero Pedro Castro se apunta a los exabruptos, en una semana en la que los Ayuntamientos rebuscan debajo de los felpudos para poder pagar a los proveedores y se debaten los sesos para presentar proyectos al plan de los 8.000 millones de Zapatero para hacer obra nueva en los municipios. En unas palabras de difícil justificación y que trató de rectificar de la peor manera, como el infortunado Pedro Navaja, aquel al que le cantan eso de “a hierro mata y a hierro muere”, no se le ocurrió otra explicación que denunciar “el acoso político al que se ve sometido por la Comunidad de Madrid y el PP”. ¡Toma! ¿Pero no fue Castro el que lanzó en pleno ataque de populismo vecinal eso de “por qué hay tontos de los cojones que todavía votan a la derecha?”. Y claro la reacción de Aguirre no se hizo esperar porque hay 10.200.000 ‘tontos’ en España, de ellos más de un millón y medio de madrileños que votan al partido de la gaviota, con Rajoy, Aguirre y Gallardón incluidos en el mismo lote, revueltos o no. Esperanza Aguirre reclamó en la Puerta del Sol, donde encabezó una concentración silenciosa contra ETA, la dimisión de Castro por sus “gravísimas” palabras y anunció que están pensando que medidas tomar contra alguien que además de vestir el traje de alcalde socialista representa a los municipios de toda España. Y si la salida de tono de Castro es patente, ¿qué decir de la carta que Maleni le envió a la lideresa madrileña? En un creciente envilecimiento dialéctico con Aguirre en el punto de mira, la titular de Fomento se unió al festival para explicarle lo que quería decir cuando llegó a afirmar hace un tiempo que deseaba ver a Aguirre “tumbada en una vía o colgada de una catenaria”. Precisamente esta misma frase fue la que Aquirre utilizó para responder a José Blanco tras los chascarrillos que el líder socialista, al calor de un mitin y ante sus simpatizantes, hizo sobre la salida de la presidenta regional entre tiros de un hotel de Bombay. Maleni, hizo un esfuerzo por liar la madeja, algo que se le da bastante bien, y envió una carta a la presidenta del Ejecutivo regional tratando de explicar unas palabras que dijo en mayo de 2007. Aunque Maleni trató de justificar que nunca le deseó daño alguno a la presidenta pocos en Sol lo creen porque la carta fue recibida con estupor entre el equipo de Aguirre. El número dos regional, Ignacio González, reflexionaba ayer sobre ello y no tiene muy claro si Maleni pretendía rectificar o confirmar lo que dijo “de manera intolerable y que sigue sin pedir disculpas”. Con este panorama político, si hay una palabra en la calle que va unida a la presidenta regional es suerte, que cerca del Sorteo de Navidad gana aún más enteros cuando el bolsillo aprieta. Y como muestra un ejemplo. Un hombre que paseaba junto a la sede del Gobierno regional, tras ver a Esperanza Aguirre en la concentración, le dijo a su mujer: “Anda, mira, si es Aguirre, seguro que ella compra lotería en Doña Manolita. Con lo afortunada que es”… Al poco rato, la pareja hacía cola en este establecimiento. Por si acaso, digo yo.
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