martes, 18 de septiembre de 2012

Referéndum

Tomás Gómez es un político peculiar. En su empeño de ir contracorriente gana adversarios en la misma medida que, hasta ahora, cosecha resultados electorales pírricos de los madrileños. Su última ocurrencia es la de exigir un referéndum para que los ciudadanos decidan si el país se enfrenta a un rescate o no. Con esta exigencia se presentó en el Comité federal del PSOE donde, por enésima vez,  escenificó un  enfrentamiento democrático con la dirección, y por ende, con Rubalcaba. Anteriores errores como boicotear los actos oficiales del Gobierno regional, incluido el homenaje a las víctimas del 11-M, o el traslado de la sede del PSM al suntuoso edificio de Callao le pasaron factura en las urnas. Ahora insiste con un mensaje que se sitúa a la izquierda de la izquierda, sobre el que estampa el sello de progresista pero abrazando a la Syriza y alejado cada vez más de la socialdemocracia. Tal vez, lo que evidencia al caminar sobre el alambre es que la socialdemocracia española está huérfana de líderes y, lo que es peor, de ideas.

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